El expediente se inició como un posible suicidio. Más tarde, la investigación pasó a homicidio y el fiscal imputó a Pablo Nicolás Lazo. Según consta en las actuaciones, la causa llegó a una elevación a juicio, pero el trámite se frenó. La Cámara había dado una prórroga, que venció sin avances.
De acuerdo a lo que surge del expediente, en 2020 la jueza anterior firmó un sobreseimiento reconociendo que la prórroga estaba vencida. Sin embargo, las partes no habrían sido notificadas y el documento quedó guardado en el despacho hasta ser hallado por la actual gestión.
“Esto fue un pedido de Madres del Dolor. Habían solicitado una prórroga para continuar, pero se venció. Cuando asumió el nuevo juez, ya estaba dictado el sobreseimiento”, señaló en off una fuente judicial. La Justicia investiga, ya que este no es un hecho aislado.
Las irregularidades detectadas no se limitan a este caso: según fuentes judiciales, abarcarían al menos los últimos siete años, con decenas de expedientes que habrían prescripto en circunstancias similares. Estos datos serán elevados al Tribunal Superior.
Para la familia de Exequiel, el impacto es doble: no solo perdieron a un hijo, también se enteran cinco años después de que la causa estaba cerrada. En los próximos días, el padre y la hermana serían convocados para ser notificados oficialmente.
Lo que viene ahora es la elaboración de un informe detallado sobre estas irregularidades. Luego se evaluará si corresponde revisar responsabilidades. Para la comunidad queda una pregunta abierta: cómo un expediente por homicidio podría quedar archivado en silencio durante tantos años.
Incansable búsqueda de justicia
Una familia que en busca de justicia, hizo el trabajo de la Justicia. Exequiel apareció muerto una madrugada, colgando de una viga. Dijeron que fue un suicidio. La familia encontró marcas de golpes en el cuerpo del joven de sólo 20 años y comenzó a investigar. Lograron la confesión del mejor amigo de su hijo, el supuesto asesino… y hasta que la Justica reconozca que se equivocó. Aun así: con pruebas, testigos y peritos, la causa está estancada.
“¿Exequiel cuándo volvés? Mañana ma… a la nochecita, vamos a venir a comer”, fueron las últimas palabras que Carina escuchó de su hijo. Fue en la noche del viernes 15 de marzo de 2103, antes de que uno de sus hermanos lo llevara en moto a su nuevo hogar. ¿Lo esperaría? Sí, como todos los días desde que el joven se mudó a otra casa, junto a la familia que acababa de formar. Porque siempre visitaba a sus padres. Para conversar, tomar mates, contarles sobre su nueva vida al lado de su mujer y su pequeño bebé de 2 meses, Ismael.
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