La Medicina Legal tiene como objetivo aplicar los conocimientos médicos en el ámbito legal, destacándose por su capacidad para aportar una visión amplia, complementaria e imprescindible para los médicos, independientemente del trabajo que desarrollen y el ámbito en el cual ejerzan.
La especialidad se ha caracterizado siempre por tener una demanda muy variada. Si bien habitualmente ha sido elegida por médicos de distintas ramas clínicas o quirúrgicas que desean ampliar su universo laboral para hacer pericias, en los últimos años se evidenció un interés creciente en médicos con pocos años de egresados, con diferentes motivaciones.
Según una publicación de la Asociación de Médicos Municipales de la Ciudad de Buenos Aires, en los últimos 5 años se han incrementado en un 20% las demandas a los profesionales de la salud y a las instituciones o entidades donde se desempeñan. La estadística advierte una problemática vinculada a dos temas centrales: el incremento de los reclamos (mediaciones y juicios) y de sus montos (sentencias condenatorias millonarias). En Argentina, 1 de cada 4 médicos en el transcurso de su vida laboral recibió alguna demanda por mala praxis. Y por año, se inician demandas por 1.000 millones de pesos contra las obras sociales, los seguros y el Estado. En tanto que, los montos de las condenas aumentaron más del 500%.
Consultado sobre cuáles son las especialidades que reciben más demandas y el impacto en los profesionales que atraviesan una situación legal, el Dr. Roberto Foyo, Médico Legista, Director de la Especialización en Medicina Legal de la Fundación Barceló, comentó: “Si bien la cirugía plástica con fines estéticos, la traumatología y la cirugía bariátrica son las especialidades con un mayor número de reclamos, no hay especialidad médica que quede fuera de estas acciones, frente a lo cual es fundamental que el médico desarrolle su actividad en el marco de la seguridad que le brinda un actuar basado en guías, protocolos, lexartis, con el cuidadoso seguimiento y la minuciosa confección de la documentaciónmédica que será la que respaldará su accionar”.
Si bien solamente el 6% de las demandas alcanzan una sentencia condenatoria, no deja de ser una situación estresógena y muchas veces definitoria de cambios en la actividad profesional, en la especialidad y hasta en el cese del desempeño en el ámbito médico.
“Desde el momento en que se toma conocimiento de una medicación interpuesta por el paciente y/o su familia, se inicia una interrumpida serie de impactos y consecuencias (gastos inherentes en materia de abogados, pericias, incertidumbres, impacto en el ejercicio profesional y en la relación con otros pacientes) todo lo cual lleva, aun alcanzando un resultado absolutorio, a una impronta en el espíritu del médico de manera permanente”, concluyó el Dr. Foyo.
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