En estos días (en Buenos Aires, se llevó adelante el Encuentro Nacional de Delegados Diocesanos de Pastoral Social 2025. Integrantes de todas las Diócesis del país, junto a la Comisión Episcopal de Pastoral Social (CEPAS), se reunieron para reflexionar sobre la realidad actual, y cuál es el aporte que la Iglesia puede hacer desde la Pastoral Social en vistas a la construcción de una sociedad más fraterna.
Mons. Braida, presidente de la CEPAS, advertía que “es importante despertar la dimensión social de nuestra fe, que el Pueblo de Dios descubra la dimensión social de la fe. El amor de Dios nos lanza necesariamente al compromiso con los demás, sobre todo a la atención a los más vulnerables. No podemos hacer oídos sordos a los más necesitados, y esto requiere cercanía y vínculo, lo cual va más allá de la asistencia”. Y, citando al Papa Francisco, afirmó “que hay que vencer la indiferencia que se ha instalado como una enfermedad en nuestra sociedad”.
De acuerdo a lo informado, las reflexiones se dividieron en tres momentos. Uno de ellos fue “enfocar la mirada”. “Tiene como finalidad profundizar en la espiritualidad del agente de Pastoral Social en el tiempo presente. Buscamos construir una visión común acerca de lo que creemos que debe caracterizar el ser y hacer de la pastoral social en estas circunstancias históricas concretas”, indicó.
Monseñor Dante Braida, obispo de La Rioja y presidente de la CEPAS introdujo la reflexión invitando a repensar la identidad y misión de la Pastoral Social en la actualidad tomando elementos de EG (Dimensión Social del Evangelio) y FT (La mejor política), LS (10 aniversario), la Bula del Jubileo y otros.
El segundo fue: “armando el mosaico”. “Intentamos visualizar un mapa de problemáticas, distinguiendo lo común y lo propio de cada región. También proponer algunas líneas de trabajo, teniendo presentes posible buenas pràcticas que se estén realizando o se hayan realizado en las diócesis”, aseveraron.
El último momento fue “aterrizando”. “Teniendo presente la reflexión que venimos teniendo sobre el aporte de la Pastoral Social en el contexto actual, diseñamos juntos la Semana de Pastoral Social que se llevará a cabo en Mar del Plata”, informaron.
El domingo 30 de marzo se dio por concluído el Encuentro Nacional de Equipos de Pastoral Social. La jornada comenzó con la misa presidida por Monseñor Tissera, obispo de Quilmes, quien en su homilía destacó al Beato Monseñor Pironio, profeta de esperanza quien en tiempos difíciles supo predicarla y vivirla poniendo luz en situaciones que parecían no tener salida. De modo análogo animó a ser, como Pastoral Social, misioneros de esperanza en los espacios vulnerados en que estamos llamados a llevar el Evangelio.
A continuación se presentó la Comisión Justicia y Paz exponiendo los deseos de trabajar orgánicamente con la Pastoral Social.
Seguidamente se formaron grupos para que, con el método de conversación espiritual, ofrecieran ideas de Objetivo, Título, Contenido y Metodología de la semana Social que se realizará en Mar del Plata el 8, 9 y 10 de agosto de 2025. Uno de los temas más sugeridos fue los 10 años de la Laudato Sí y el cuidado de la Casa Común. Todos los aportes se seguirán madurando hasta llegar a un consenso final para dicha Semana ya que esta metodología de proponer ideas es la primera vez que se realiza. Con la alegría del encuentro y el llamado a ser discípulos misioneros de una Iglesia Sinodal se dio por finalizada la reunión.
En tanto que durante el sábado se habló del perfil del agente de pastoral social, donde se puntualizó que “la Pastoral Social debe generar espacios de encuentro entre distintos actores sociales, promoviendo la escucha atenta, especialmente de los más vulnerables. Su rol es articular y enlazar acciones para construir comunidad con apertura y diálogo”.
“Es fundamental acompañar a las personas y situaciones concretas con un espíritu orante, promoviendo la participación y el compromiso”, indicaron.
“La Pastoral Social debe leer la realidad desde la Doctrina Social de la Iglesia, anunciando la esperanza y denunciando las causas de las injusticias. Esto implica intervenir en el ámbito político y social con responsabilidad y claridad”, ahondaron. “Es clave la formación integral de agentes pastorales para renovar mentalidades, estructuras y actitudes. La Doctrina Social de la Iglesia es una luz para la comunidad, promoviendo una pastoral en salida con vocación de servicio y testimonio”, indicaron. “Su vida es un reflejo de su misión, actuando con humildad y credibilidad. Su testimonio inspira y moviliza, siendo un canal de unidad, moderación y diálogo en la comunidad”, detallaron.
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