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Sociedad Fe católica

Se realizó en la Iglesia de La Merced la misa del Domingo de Ramos

El obispo Dante Braida invitó a vivir plenamente esta Semana Santa, "alimentémonos con todo lo bueno que ella nos trae", indicó en su homilia dominical.

El sacerdote Mauricio Giménez, cura párroco y rector del santuario Mariano, ofició la ceremonia religiosa, con la tradicional bendición de los ramos.

Como todos los domingos anteriores a la Pascua, en la Iglesia La Merced se realizó la tradicional ceremonia de bendición de los ramos.

El Domingo de Ramos, hace referencia a esas ramas de palma y de olivo que la multitud agitaba y esparcía frente a Jesús cuando entró en Jerusalén. Actualmente, en la mayoría de países que profesan la fe cristiana, este Domingo de Ramos se bendice y distribuye ramas de palma entre los feligreses. Como es sabido, la devoción del pueblo riojano es grande y máxime tras dos años de ausencia de este tipo de festividades. 

Al respecto de esta fecha tan cara a los sentimientos de los católicos, en su homilía, el obispo de La Rioja, Dante Braida indicó que "lo primero que destacamos en Jesús es que ingresa a Jerusalén con decisión y libertad. Sabía que le esperaba el final de su vida: sufrimiento, pasión y muerte. Sin embargo asume el momento en que de ese modo entregaría la vida por nosotros para rescatarnos del mal y muerte y darnos la posibilidad de una Vida Plena y Eterna", indicó.

"Querida comunidad riojana también nosotros hoy, como aquel pueblo, nos alegramos de seguir a Jesús, de que Él camine con nosotros y seamos sus discípulos. Él quiere seguir entrando a lo más profundo de nuestros corazones para transformarnos en personas que se animan a vivir y obrar como Él, entregando nuestras vidas por el bien de los demás y asumiendo, a su vez, los momentos de sufrimiento y angustia que de muchas maneras llegan a nuestras vidas. Él quiere, a su vez, entrar más profundamente en nuestras familias para que su amor fortalezca a los esposos, a los padres y madres, a los hijos, a los ancianos. Él quiere entrar a lo más profundo de nuestros pueblos y ciudades para que, con su ejemplo, seamos también nosotros instrumentos de su paz, asumiendo los problemas del tiempo presente y abordándolos con disposición al diálogo y a la reconciliación, como base de un crecimiento para todos", exhortó.

"Cuando contemplamos la pasión de Cristo, no deja de admirarnos su confianza y obediencia a su Padre. En el Huerto de los Olivos ora pidiéndole que pueda hacer su voluntad; en la cruz reza pidiéndole al Padre el perdón por quienes lo estaban matando "Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen";

finalmente con confianza dice "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu". El sufrimiento y la cruz también están presentes en nosotros cada día. Es indispensable volver constantemente a nuestro Padre-Dios y, con Jesús, suplicarle que nos ayude, que nos purifique, que nos dé fuerzas y humildad para sobrellevarlos. Unidos a Él, también nuestras cruces nos ayudan a crecer, aunque en el momento no lo veamos así. Es necesaria esa paciencia y perseverancia que nacen del contemplar la pasión y entrega de Jesús", agregó.

"Jesús en su pasión está asumiendo todo los males de la humanidad para destruirlos con su muerte. Jesús asume toda realidad de pecado y maldad para lavarlas con su sangre. También asume los males de nuestro tiempo. Y cuántos males nos rodean: guerras atroces, violencia, ambición de dinero y de poder, corrupción, divisiones, crímenes, indiferencias… Cuántos de estos males afectan directamente a nuestras vidas y la de nuestros semejantes. Muchas veces nos sentimos débiles y pequeños ante tanta maldad y hasta podemos sentirnos derrotados por el Mal Espíritu que nos dice "no se puede hacer nada". Pero jamás tenemos que acostumbrarnos a los males que nos afectan. Con Cristo el mal es vencido y con la fuerza de su Cruz podemos enfrentar juntos los males de este tiempo. Para eso es necesario salir de nosotros mismos, no quedarnos encerrados en nuestros cálculos limitados o en especulaciones egoístas. Abrámonos a Dios en primer lugar y, si reconocemos que el mal nos ha desviado, volvamos a Él inmediatamente, pidamos perdón, recurramos al sacramento de la reconciliación y sigamos adelante", prosiguió Braida. 

"Estos días de semana Santa son más que propicio para dar este paso. Para enfrentar los males de nuestra sociedad es necesario que salgamos también al encuentro de otros hermanos y hermanas que buscan trabajar por una sociedad más justa, libre de toda corrupción y violencia. Tejiendo redes con otras personas o entre instituciones que buscan algo nuevo y mejor para la sociedad el bien puede vencer a tantos males enquistados", analizó.

"Vivamos plenamente esta Semana Santa, alimentémonos con todo lo bueno que ella nos trae. Contemplemos con mente y corazón abierto la pasión de Cristo que nos impulsa a la humildad y dejarnos tocar y transformar por su infinito Amor. Y, si por diversos motivos alguien se ha alejado de Dios, esta Semana Santa es una oportunidad de volver a Él con humildad y confianza. Él nos espera para recibirnos con Amor, para empezar de nuevo y seguir madurando y creciendo", concluyó. Cabe recordar que se espera una multitud entre Jueves y Viernes Santo en el Señor de la Peña, ubicado en el departamento Arauco. Ya se diagramaron las actividades para estas dos jornadas, donde la devoción riojana una vez más redoblará su fe.

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