Guillermo Iribarren vio la luz el 13 de noviembre de 1900 en Nonogasta, donde desde temprana edad destacó por su excepcional capacidad de liderazgo y visión estratégica.
Su infancia se vio marcada por la pérdida de su padre a la temprana edad de siete años. Inició sus estudios junto a sus hermanos con una maestra particular, y tras mudarse a Buenos Aires en 1909, continuó su educación en el colegio de los Hermanos Maristas de San Isidro, donde se graduó de bachiller con medalla de oro por sus destacadas calificaciones.
A los 20 años, tras cumplir con su servicio militar, se incorporó como empleado administrativo en el Banco de la Nación Argentina. Sin embargo, su conexión con La Rioja lo llevó a regresar en una licencia para evaluar las propiedades familiares. Al volver a Buenos Aires, consciente de la ineficiencia de los administradores, convenció a su madre de la necesidad de revitalizar las viñas y estancias familiares para evitar una crisis económica.
A los 24 o 25 años, se estableció en la casa familiar de Nonogasta, donde comenzó a reunirse con jóvenes y mayores para abordar las necesidades productivas y comerciales de la región. A través de reuniones informales, buscó mejorar la calidad de las variedades de viñedos y animales de cría, así como organizar la comercialización de los productos, aprovechando el ferrocarril para su transporte.
Conectándose con organizaciones empresariales en las provincias del norte, asistió a las primeras jornadas de la Federación Agraria Argentina en Santa Fe. Surgió la idea de formar cooperativas de productores para elaborar vino independientemente de la oferta de los industriales locales. A los 28 años, sus esfuerzos en las fincas dieron frutos con la producción de nuevas variedades de uva.
Guillermo Iribarren demostró ser un hábil líder empresarial, integrándose en diversos grupos de turismo, industrias, vitivinicultura y agricultura. Su incursión en la política en 1932 lo llevó a ganar las elecciones como intendente de Chilecito, consolidándose como un joven emprendedor.
A lo largo de los años, desempeñó roles destacados, como Diputado Nacional, presidente del Centro Vitivinícola de Chilecito, y fundador de la Sociedad Iribarren y Pietranera dedicada a negocios inmobiliarios en Buenos Aires. Además, dejó su huella como autor del libro "Temas Riojanos" en 1946.
En 1954, presidió la Federación Económica de La Rioja y se convirtió en miembro directivo de la Confederación Económica Nacional, disuelta en 1955. Junto al Ing. Gumersindo Carbel, escribió "Estudio Económico de La Rioja" en 1956 y lideró el Movimiento de recuperación de la Confederación Gral. Económica Nacional entre 1958 y 1960.
Designado Gobernador de La Rioja el 19 de enero de 1967 durante la presidencia del Gral. Juan Carlos Onganía, implementó el Plan La Rioja (también conocido como "Plan Iribarren") , que amplió la frontera agropecuaria y colonizó el Valle, contribuyendo al perfil vitivinícola de Chilecito. Este plan, permitió construir los caminos que por abajo unen el Valle del Bermejo y La Costa-Arauco con la Capital para sacar la producción en camiones de mayor capacidad que los de las cuestas de Miranda y Huaco respectivamente, hasta el teléfono discado en la ciudad de La Rioja, o la creación del Instituto del Minifundio y Tierras Indivisas (IMTI) para sanear los títulos de sus poseedores y permitir ampliar drásticamente la frontera agropecuaria, en todas las regiones de la Provincia
Guillermo Iribarren, un visionario emprendedor multidisciplinario, falleció el 11 de enero de 1971, a los 70 años, aún en el ejercicio del cargo de gobernador. Sus restos descansan en el cementerio de Nonogasta.
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