Por María Victoria Yampa
Oscar Mario Ramos, (a) URU, decidió acogerse a los beneficios jubilatorios tras casi 50 años de periodismo gráfico. NUEVA RIOJA lo tuvo en sus filas durante 19 años, desde su fundación, y en esta nota, se rinde homenaje su paso por la historia del diario, sus inicios haciendo armado de páginas en imprentas de Buenos Aires, y sus diferentes artistas dentro del mundo deportivo, como corresponsal, redactor, jefe de sección y editor.
Difícil de resumir en pocas líneas la vida periodística de un hombre que dejará su huella en los pasillos de la redacción del diario, como así también en la cobertura de eventos deportivos.
Sentado en una de las salas de la redacción de NUEVA RIOJA, Ramos contó cuáles fueron sus inicios en la gráfica, su llegada a la Argentina huyendo de la realidad en su país natal, donde decidió tomar nuevos rumbos y cruzar el charco.
“Estuve con Hermenegildo Mariano «Menchi» Sábat con Héctor Larrea, con tipos que hicieron La Hoja de los Lunes, antes de OLÉ y con Villita, quien era mi maestro, y quien me decía que cuando entrara en un diario, tenía que competir. Si competís, el diario será el mejor trabajo del mundo”, refirió.
“En 1983 llegué a La Rioja en la Cotilde, me tomaron en Diario El Sol, y pasé por varios diarios, cuando desemboqué en NUEVA RIOJA su día de fundación. Un mes antes estaba trabajando ya en el armado y creo que el mejor regalo que tengo de este diario, fue haber dado vuelta al periodismo local en cuanto a la cobertura deportiva”, relató.
“El mensaje que dejo hoy es no se preocupen por ser los mejores, porque los mejores muchas veces no llegan por la perfección, etcétera. Pero al competidor nunca lo den por muerto”, dijo dirigiéndose a parte del equipo de redactores que se acercaron a celebrar su jubileo.
“A muchos de ustedes que son periodistas que yo amo, quiero decirles que aún en la peor de las circunstancias tenemos que competir, sacar al frente al diario y seguir”, consignó haciendo docencia como siempre lo hizo con cada uno de los jóvenes periodistas que se fueron formando en las filas de NUEVA RIOJA.
Un uruguayo suelto en La Rioja
A los 20 años, el 20 de febrero de 1974, llegó a la Argentina. “Comencé a trabajar en una panadería, se ganaba bien y me recibieron sin radicación (…), hasta que mis compañeros que vinieron más por pasear, se fueron. Me quedé y ya trabajaba en tres lugares: una cantina, la panadería y una playa de estacionamiento, y sólo dormía tres horas”.
“Comencé a buscar el trabajo que yo quería, que era la gráfica. Me comentaron de una editorial ‘La Ley’ donde aprendí armado de originales, porque los periodistas comenzarían a hacer ese trabajo. Se armaba sobre papel fotográfico y se pegaba en hojas A4 (…)”, contó.
“Me vincularon con la sección deportes y el equipo estaba integrado por Juan Carlos Pérez Grosso, Mauro Viale y Enrique Macaya Márquez”, recordó.
El “Único Representante de Urugay” (URU) se enamoró de una riojana y decidió radicarse en estas tierras. Tiene seis hijos y doce nietos. Aquí pasó sus días de labor entre la gráfica de diarios, como así también fue redactor de gacetillas durante el menemato, y director de prensa de los exgobernadores “Pocho” Arnaudo, Cavero y De la Vega.
“En NUEVA RIOJA tuvimos el equipo de Enduro campeón argentino, y competían con nuestras camperas”, rememoró sobre las hazañas frente al equipo de la Sección Deportes del diario. “El país, la realidad cambió, pero lo que no cambia nunca es el clima del diario, (…) porque el diario, es alegría y luego, a la noche entramos en una alfombra mágica donde nos tirábamos de niños, entrando en una bajada de horas donde tenemos que cerrar y a veces no tenemos temas, pero hay que salir a buscar”.
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