Por Sebastián Bertolosso - @sebabertolosso
Si bien Eric Clapton tuvo un éxito descomunal en los ochenta, vendiendo infinidad de discos y sencillos, la crítica fue dispar ya que consideraban que no estaba ni cerca de la altura de su inmenso talento. Recordemos que Clapton, aún con el paso los años, sigue siendo considerado uno de los mejores guitarristas de la historia de la música, de ahí las opiniones mixtas respecto a esa etapa de su carrera.
Para poner en contexto, desde la etapa que abarcaba sus álbumes “Another Ticket” de 1981 hasta “Money and Cigarettes” de 1983, “Behind the Sun” de 1985 y “August” de 1986, el bueno de Eric, que alguna una vez fue aclamado como el Dios de la guitarra, entregaba unos álbumes que se notaban faltos de inspiración. Si bien había grandes canciones, el resultado global no terminaba de convencer a sus fieles seguidores, quienes consideraban que se había vuelto algo comercial.
De todos modos sus fans no lo iban a abandonar y estaban incluso dispuestos a entender cierto bajón en este periodo de su carrera, producto también de su gran lucha contra el abuso de sustancias que lo terminaron llevando a un viaje a rehabilitación hacia el comienzo de la década, y que sirvió como fuente de inspiración para el título de su placa “Money and Cigarettes”, ya que sintió que eso era lo único que le quedaba después de pasar por ese arduo programa.
Asimismo, esta década también trajo algunas cosas rescatables ya que llevó a Clapton a trabajar junto al compositor Jerry Lynn Williams, quien era oriundo de Texas y trabajaba por ese entonces en el sello Warner Bros, quienes escucharon la primera versión de “Behind the Sun” y al no estar convencidos con el resultado final, insistieron en buscar ayuda externa para obtener material nuevo y más fresco. Después de varios intentos, finalmente Clapton aceptó reunirse con Williams, lo cual devino en una buena cantidad de grandes canciones entre las que destacaba especialmente una que termino siendo clave en su discografía. Esa canción era ni mas ni menos que “Forever Man”, que con los años se convirtió en un clásico indiscutido.
Al respecto, Clapton declaró en 1990: “Ahora, nunca quise éxitos; nunca quise tener que lidiar con eso, pero frente a la perspectiva de que ‘Behind the Sun’ sería un fracaso, que sería difícil de promover y que era autoindulgente, acepté volver a grabar un tercio. Entonces, Warners me envió una canción de Jerry Williams, que realmente me encantó, y me fui a Los Ángeles. Allí, en el estudio, conocí al tecladista Greg Phillinganes y al bajista Nathan East. El presidente de Warner Brothers, Lenny Waronker los contrató para tocar en las canciones. Pensé que eran geniales”.
Estos músicos, Phillinganes y East, comenzaron a tener un rol cada vez más relevante para la formación de Clapton que ya pensaba en comenzar a juntarse en el estudio a principios de 1989, para ver los nuevos pasos a seguir y abocarse de lleno a la búsqueda de la creatividad perdida.
Finalmente esa búsqueda de reencontrarse con su esencia llegaría con el álbum que nos convoca aquí, “Journeyman”, que se lanzó un 7 de noviembre de 1989, y fue el undécimo larga duración de estudio de Clapton, y que logró una gran mezcla de ese perfil radio friendly que había adoptado para “Behind the Sun y August”, pero ahora con un aura mucho mas rockera y blusera retomando así parte de su esencia, pero con una nueva madurez que se vislumbra especialmente en el tema que abre la placa, “Pretending”, un track mid tempo escrito por Williams, con una gran producción sonora que lo hacia apto para todos los públicos, especialmente en su adictivo estribillo, pero con su aguda y clásica guitarra que le devolvía la esperanza a sus fanáticos, de que el viejo slowhand estaba de regreso.
Esto, además de convencer al público en general lo hizo también con la crítica especializada, y “Journeyman” tuvo cuatro clásicos que entraron en los principales rankings del planeta, como fueron “Pretending” y “Bad Love”, que alcanzaron sendos números 1, y “Before You Accuse Me” y “No Alibis” que se metieron en el top ten. Además el ábum alcanzó la certificación de doble platino que significó el mayor éxito de Clapton en más de una década.
Otro hecho fundamental que nos traía la placa llegaba en el aspecto sonoro, ya que si bien el perfil del guitarrista siempre había estado ligado mas sólidamente al blues y al rock, “Journeyman” demostró un nuevo enfoque renovado en sus orígenes en clásicos como “Before You Accuse Me” y “Hard Times de Ray Charles y Leiber & Stoller” o el clásico “Hound Dog”, pero además el álbum tenía un sonido general mucho máas pulido que lograba una gran mixtura de blues, rock y pop con lo cual no perdía ni la esencia ni ese perfil más abierto al gran público o al oyente casual, es decir todo sonaba especialmente inspirado y conectado con la música de una manera que Clapton no había logrado durante bastante tiempo.
Con el paso del tiempo, “Journeyman” demostró ser un punto esencial en su discografía, ya que si bien el álbum entregó varios hits radiales, también trajo de vuelta ese sonido más conectado a su esencia y no solo al éxito comercial, que asimismo llegó solo ya que a raíz de este genial disco y los que le sucedieron dispararon la popularidad de Clapton, como por ejemplo su single intensamente personal “Tears in Heaven” (inspirado en la trágica perdida de su hijo) y el disco MTV Unplugged de un éxito descomunal. Cinco años después llegaría el sucesor adecuado para un gran disco como “Journeyman”, y fue ni más ni menos que otro trabajo fundamental en su carrera como lo fue el proyecto de blues puro “From the Cradle”, una placa que se grabó en vivo en el estudio a fin de captar la esencia y la inspiración de la banda y cuyo resultado fue absolutamente fenomenal, basando su interés en artistas como Lowell Fulson, Willie Dixon y Tampa Red, nombres que no eran conocidos para el gran público y que sirvieron de gran inspiración para este trabajo.
De este modo, su nuevo paso por ese entonces, “From the Cradle”, terminó siendo el primero de una serie de álbumes influenciados por el blues que Clapton fue mezclando con otros más basados en el rock, pero que lo llevo a colaborar con leyendas de la talla de BB King en “Riding With the King”, o en el tributo a Robert Johnson, “Me and Mr. Johnson”, o “The Breeze: An Appreciation of JJ Cale”.
Respecto a esa etapa Eric comentó: “Todavía me siento protector hacia el blues, es una forma de arte difamada y me enojo cuando siento que la gente se lo está tomando demasiado a la ligera. Vuelvo al blues por su crudeza. Tiene más energía y vitalidad que cualquier cosa que se me ocurra. La mayoría de los músicos que han estado a mi alrededor aceptará que el blues es lo fundamental. Siempre me ha dado más en la vida que el sexo, el alcohol o cualquier patada que se te ocurra”.
Por todo lo anterior, los invito a descubrir, disfrutar y escuchar de punta a punta un álbum brillante como lo es “Journeyman”.
Hasta la próxima.
TRABAJO FUNDAMENTAL
ARTISTA: ERIC CLAPTON.
ÁLBUM: JOURNEYMAN.
FECHA DE LANZAMIENTO: 7 DE NOVIEMBRE DE 1989.
DURACIÓN: 56:35 MIN.
PRODUCCIÓN: RUSS TITELMAN.
SELLO DISCOGRÁFICO: REPRISE RECORDS
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