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1591 Cultura + Espectáculos LA COLUMNA DE PAULA

¡Fútbol, cultura, pasión y fanatismo!

Se ha comprobado que el fútbol cambia los estados de ánimo e influye en amplios sectores de la población porque la victoria trae felicidad y en cambio la derrota genera frustración y desánimo.
Por Lic. Paula Monsberger

¿El fútbol es parte de la cultura en muchas sociedades hoy, o es una pasión, o tal vez un fanatismo? Argentina es un país que está a la vanguardia de este deporte. Un país que acepta las diferencias culturales, religiosas, de raza o edad a la hora de sentarse a vibrar con la misma pasión y color frente al televisor cada cuatro años en un mundial. Esta cultura del fútbol incluye revistas, diarios, programas de radio, canales de televisión deportivos, promociones, páginas web, videojuegos, hoteles, ropa de los ídolos deportivos, perfumes, etc. ¿Pero que implica la cultura del fútbol? ¿Es sólo un entretenimiento o podría considerarse un medio para modificar psicológicamente el estado de ánimo de las personas?

Se ha comprobado que el fútbol cambia los estados de ánimo e influye en amplios sectores de la población porque la victoria trae felicidad y en cambio la derrota genera frustración y desánimo. ¿Es acaso la cultura del fútbol una cultura, un síndrome, un modo de vida, una adicción o una pasión? ¿Quién alimenta estas pasiones o fanatismo en el fútbol? ¿Es el ser humano con su equipo preferido o los medios de comunicación? ¿Cuál es la causa de la influencia excesiva del fútbol comparada con otros deportes que no tienen esta repercusión? ¿Cuál es la explicación financiera para entender que un futbolista gane más que un científico, que un premio Nobel, un cirujano que salva vidas, y otras profesiones de relevancia? ¿Es acaso el fútbol la llave que abre la puerta a la fantasía de poder vivir más felices para algunos países? ¿O viene a cubrir esa necesidad al carecer de posibilidades a largo plazo que se ven matizadas al pertenecer a un equipo o club de los sueños?

Si vemos al fútbol con los ojos del aprendizaje, los valores del deporte son el esfuerzo, la superación, la dedicación, y la deportividad. Todos estos valores implican una generosidad por parte de los jugadores en dar lo mejor de cada uno. Se gane o se pierda hay que respetar a los compañeros de equipo como a los del equipo contrario, y eso demuestra el honor futbolero y el mérito de estar en el lugar de pocos.

Podría decir muchas cosas de la cultura del fútbol en una sociedad pero quiero nombrar los tres pilares que mueven a la sociedad vestida de fútbol: el primero es sentirse identificado con una camiseta, cuadro, equipo o club que normalmente es el equipo del abuelo y/o nuestro padre, esa señal de sentirse parte compartiendo el mismo amor por una camiseta; el segundo, tapizar con ese amor por una camiseta nuestro sentimiento que nos permite disfrutar de aquellos buenos momentos en una cancha, en un mundial, en familia y con amigos y por último, en un mundo y sociedad donde no se puede planificar a largo plazo la historia del día a día de la vida o de sueños que nutren el alma, es aquí donde la sociedad y su amante futbolístico se visten de fiesta cuando vibra un partido, como ese vals que bailara la quinceañera o esa canción de aquellos jóvenes novios que unen sus vidas.

La cultura del fútbol, la pasión y el fanatismo van de la mano, unidos a través de ese velo que desvela a los corazones apasionados, con esos gritos que vibran como un acorde en un pentagrama y de esos sueños con sabor y aroma a vida, en cada hincha, en cada ciudadano en cada sociedad.

¡Hasta la próxima pasión, estimado lector!

LA AUTORA. Paula Monsberger es: Magister en Relaciones Internacionales. Lic. en Ciencia Política, Relaciones Internacionales y Comercio Internacional. Profesora de Alemán. Maestra en Declamación y Recitado. Conductora de Radio y TV. Actriz.

LA COLUMNA DE PAULA

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