Por Lic. Gabriel Ocampo Barrionuevo
Hace mucho, mucho tiempo había dos clanes: los Lumen, sabios de la luz, y las Umbras, brujas de las tinieblas. Juntos controlaban un misterioso poder. Los clanes establecieron reglas muy estrictas para garantizar la paz, pero una pareja de amantes desgraciados contravino la ley, y de aquella unión nació una criatura con sangre de sabio y de bruja. Una hermosa niña llamada Cereza.
Como castigo de su amor prohibido, los amantes fueron separados: el padre fue exiliado a una torre remota, y la madre, encerrada en una solitaria celda. El clan de las brujas acogió a la pequeña, pero creció repudiada como una paria. Su único consuelo eran las noches en que se escabullía para ir a la cárcel a ver a su madre.
El día que la niña cumplió diez años, llevaron a su madre a una celda aún más profunda, un lugar que ni el más ínfimo rayo de luz podía penetrar. Desesperada, la niña intentó rescatarla, pero aún era demasiado joven, y el intento fracasó. Más sola que nunca, la niña se aferró a lo único que tenía; un gato de peluche que le había hecho su madre, llamado Cheshire o, cariñosamente, “Pimpollo”. Con el tiempo la niña abandonó el pueblo y fue acogida por la bruja Morgana, que también había sido expulsada.
Bajo su estricta supervisión, comenzó su aprendizaje de las artes ocultas para llegar a ser una poderosa bruja y algún día salvar así a su madre. Morgana le enseñó la técnica “El Pulso Brujo”, un Arte de Umbra en el que se emplea el baile para imbuir a un sujeto de energía mágica. Y el mayor consejo sobre el cuidado de su cabello, como la herramienta más versátil de una bruja de Umbra. Puede usarse como armadura, arma o medio de invocación de demonios infernales, porque la magia fluye por el pelo de una bruja.
Todas las noches la pequeña Cereza tenía el mismo sueño, en el cual junto a su amiga Jeanne, otra bruja de Umbra, intentan rescatar a la madre de la niña, sin éxito. Pero por primera vez el final fue diferente. Un chico misterioso se dirige a la pequeña bruja diciéndole que él le dará el poder para salvar a su madre, pero deberá entrar al bosque prohibido de Ávalon y buscar al lobo blanco que la guiará. Pero, Cereza tenía prohibido ingresar al bosque.
Recordó entonces las palabras de su maestra Morgana, advirtiendo: “En el bosque de Ávalon viven las hadas, unos seres que secuestran a niños. ¡Mantente lejos de allí!” Esa misma noche, bajo la luz de la luna llena bisiesta, mientras practicaba las artes oscuras para poder invocar por primera vez a un demonio infernal con su brazalete mágico, al fracasar en el intento, Cereza se puso triste porque a este paso no podría hacer nada por su madre. Pero de repente recordó el sueño y las palabras de aquel chico misterioso que le prometía el poder para salvar a su madre.
Cereza se arma de valor y junto a su brazalete mágico, y su muñeco de peluche, decide penetrar al bosque de Ávalon.
Imersa en el bosque, Cereza fue arrinconada por unas hadas, sin escapatoria. Decide intentar realizar la invocación de un demonio infernal, fallando por completo nuevamente. Las hadas se abalanzaron sobre Cereza, cerrando los ojos esperando lo peor, pero una bestia oscura como la noche sin luna hizo su aparición. Cheshire despertó, poseído por un demonio invocado por la pequeña niña, terminando con las hadas por completo. Una vez pasado el temor, se dio cuenta de que podía confiar en el demonio.
A partir de aquí comienza tu odisea con la pequeña Cereza y su peluche. Con el stick izquierdo del control controlas a Cereza y al demonio Cheshire con el derecho. Mientras que Cereza no puede causar daño, pero si inmovilizar a los enemigos para que Cheshire los derroté, con habilidades como comerse a los enemigos.
Con ambos, guiados por el lobo blanco, deberás recolectar los cuatro muebles del bosque de Ávalon: agua, fuego, tierra y vegetación, para lograr el tan ansiado poder y rescatar a la madre de Cereza.
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