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1591 Cultura + Espectáculos ESPACIO DEL COLEGIO PROFESIONAL DE PSICOPEDAGOGOS

La filosofía y el mundo de los adolescentes

Desde sus inicios, la filosofía se presentó como una extraña forma de ser, de pensar, de sentir, de actuar y sin duda fue y sigue siendo la vía de reflexión frente al acontecer histórico y a los problemas e interrogantes más profundos del ser humano.
Lic. Sandra Cornejo

Por Lic. Sandra Cornejo

Hoy es tiempo de filosofía. Las épocas de crisis, de profundos cambios o de grandes fracasos, presentan una ventaja: impulsan al hombre a la reflexión. Cuando los cimientos sobre los que se ha asentado nuestra existencia comienzan a tambalearse, cuando el mundo parece haber perdido el rumbo, nos vemos obligados a pensar.

Desde sus inicios, la filosofía se presentó como una extraña forma de ser, de pensar, de sentir, de actuar y sin duda fue y sigue siendo la vía de reflexión frente al acontecer histórico y a los problemas e interrogantes más profundos del ser humano.

El vertiginoso crecimiento de la sociedad, la tecnología, la ciencia y las redes, junto al surgimiento de nuevas subculturas, valores, lenguajes e ideologías, han permitido el desarrollo de la humanidad y han dado paso a la creación de nuevos problemas cuyas respuestas suelen terminar en el relativismo, hedonismo, el materialismo o el consumismo. Bauman ilustra de manera cruda la realidad de la sociedad actual: “cómprelo, úselo, tírelo”. Indudablemente esto es reflejo de una sociedad que busca la satisfacción de las necesidades momentáneas: vivir el presente y sin establecer relaciones duraderas. La sociedad actual nos plantea muchos desafíos e interrogantes y es en este campo donde la filosofía debe encontrar la tierra fértil para sembrar bases que busquen la reorganización social.

En este contexto se encuentran los adolescentes, en ellos explota la necesidad de preguntas y respuestas. La adolescencia caracterizada como una etapa de crisis, conflictos, por un pensamiento formal-proposicional y abstracto, implica vulnerabilidad, una transición y se produce una serie de cambios que implican un proceso de renuncia de la identidad infantil por la construcción de la identidad de adulto. En este sentido se plantea la enseñanza de la filosofía como actividad, como brújula, como proceso de conocimiento y no como depósito de saberes. Para ello es fundamental encontrar estrategias didácticas que propicien la disquisición filosófica en los mismos desde el marco de sus propias motivaciones, intereses y preocupaciones.

Los filósofos como Aristóteles, Platón, Sócrates entre otros, han sido personas con sus circunstancias, gustos y se hacían preguntas como día a día se plantea el ser humano. Cada uno de ellos señala una dirección, ilumina un camino posible para evitar el caos.

Es necesario educar para la incertidumbre, puesto que el conocimiento nunca se agota y habrá de tener la permanente duda de que el aprendizaje que se ha logrado de alguna situación, fenómeno o suceso, nunca es terminal, suficiente ni definitivo.

La filosofía enseña a asombrarnos, a dudar, permite, analizar, reflexionar, argumentar algunas problemáticas existenciales (tales como el amor, el sentido de vivir, la felicidad, la amistad, la alteridad, la muerte, la nada, el cuerpo, entre otros) en un marco de diálogo con los pares, docentes y otros adultos, incluyendo la lectura y el debate para confrontar críticamente las realidades que nos plantean los cambios sociales y tecnológicos actuales, en vistas de pensar un proyecto de vida personal. La filosofía es una experiencia que debe vivirse.

LA AUTORA. Lic. En Psicopedagogía. MP N° 100. Docente de Nivel Secundario: Esc. Normal “Dr. Pedro I. de Castro Barros” e ISFD “Ricardo Viñas”.

FILOSOFÍA PSICOPEDAGOGIA

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