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1591 Cultura + Espectáculos LA MIRADA SOBRE EL MUNDO

La miseria como espejo

Las noticias surgen de los intereses y las conspiraciones se hacen colectivas. El 78% de los Argentinos tiene una mascota en su hogar, dato relevante y alarmante, construido meticulosamente como la nueva compañía de una soledad buscada por la incapacidad de “construir” vínculos.
María del Pilar Carabús

Por María del Pilar Carabús

Victor Hugo en su relevante obra “Los Miserables” (1862), supo describir en sus cinco tomos la dolorosa transición de la monarquía hacia la democracia Francesa, subsistían allí toda clase de personajes unidos por la miseria en su máximo esplendor. Su obra fue cuasi un análisis sociológico de la época; al igual que la de Peter Brueghel durante la oscura Edad Media con «Los Mendigos» 1568, no solo el más grande artista plástico del siglo XVI, sino un verdadero antropólogo, filósofo, historiador, y politólogo de la época, que usó a la pintura como herramienta principal para describir la realidad y dejarla plasmada de por vida sin censura alguna.

Literatura y arte se unen en la palabra y la imagen como una radiografía de la cruda realidad, en definitiva son los recursos creativos los más valiosos a la hora de hacer un estudio de campo. Los olvidados, la sombría marcha humana hoy se disfraza con otro atuendo, pero…¿qué sucede con el espíritu humano cuando pierde ciertos valores centrales y todo se convierte en relativismo cultural, ético y moral?

Hoy los alegatos sociales se reconfiguran, cómo una unidad económica parte de un mercado, somos explotados en un universo que intenta vendernos con éxito muchas veces, falsos amuletos.

Las noticias surgen de los intereses y las conspiraciones se hacen colectivas. El 78% de los Argentinos tiene una mascota en su hogar, dato relevante y alarmante, construido meticulosamente como la nueva compañía de una soledad buscada por la incapacidad de “construir” vínculos.

El reconocimiento y la interacción en la calle es a través de una mascota, la invención de un apego animal es la nueva moda como solución a la pérdida de un objeto significativo para el sujeto, se manipulan los capitales eróticos ante la imposibilidad de un desarrollo del deseo “psicosexual”.

Los patrones que nos llevan a esa miseria como espejo se acentúan en una “cosificación virtual” avalada por los medios y la estructura, no es solo esta triste estadística, sino toda una línea directriz que persuade para valorar la soledad y hacer de ella un culto.

En este cóctel de pseudo reconfiguraciones y falsas libertades, aparece el sexo como escape, la masturbación compulsiva como medio para prescindir de un otro (claro ejemplo de una sexualidad infantil), el extremo cuidado con la comida, una generación que crea y fabrica conceptos a través del intercambio de compañía por dinero (sugar daddy, sugar mommy, escort) anulando completamente un vínculo real, hemos reducido la plenitud a dos individualidades que se unen por un interés superficial, sin evolución amorosa alguna.

Todos estos escapes crean fantasmas que consiguen dirigir nuestro timón sin darnos cuenta. Somos seres con hambre y nos dejamos llevar por la corriente.

Pero, ¿qué se encubre verdaderamente con estas trampas? ¿Por qué llegar a semejante desinterés de diálogo, de creatividad, de destrucción de la palabra, de lazos emocionales?

La represión, la censura del placer en síntesis son el motivo principal de esta falta de interés absoluta por lo verdadero, parece ser que es menos alarmante acariciar un perro, qué intentar generar un vínculo amoroso con otro ser humano, el miedo nos confunde, nos lleva hacia carriles equivocados. Seguimos siendo la excusa perfecta de manipulación.

Estamos poco a poco perdiendo la valentía de acercarnos a un otro en todo el sentido de la palabra, nos han puesto engañosamente como alfombra roja, un pantano virtual, que es tan falso cómo una nube que se evapora en segundos o minutos.

Perder la capacidad de frustración es lo más peligroso que puede sucedernos, pues no seremos capaces de conectar nuestras emociones a la vida.

Sí estamos transformando todo en un alimento momentáneo y no en placer, la reconversión desaparecerá, no podemos permitir que la negación nos gobierne como un mecanismo fácil y eterno, donde el olvido es el puente para seguir acéfalos, ciegos y sordos.

Sabemos hoy que el mal de alzheimer es la sumatoria de negaciones inconscientes, son esos olvidos que aparecen como tales en la consciencia, siendo la otra cara de la represión.

Pararnos en una escalera que nos permita divisar nuevamente el horizonte es fundamental, es ardua la construcción pero qué belleza el sentir.

En síntesis terminamos siendo todos cómplices de un sistema que nos quita la riqueza con la que nacimos, ponernos en la piel de aquellos escribas, artistas, filósofos que retrataban historia es casi un deber de existir, ¡cuánto más interesantes nos hace el mostrarnos sin modas!

Las excusas no se filman dice Gilles Deleuze, pues basta de ellas.

Miguel de Unamuno en su libro «Del sentimiento trágico de la vida» nos enciende con una de sus reflexiones.

“El amor sexual es el tipo generador de todo otro amor. En el amor y por él buscamos perpetuarnos, y solo nos perpetuamos en la tierra a condición de morir de entregar a otros nuestra vida. Los más humildes animalitos, los vivientes ínfimos, se multiplican dividiéndose, partiéndose, dejando de ser el uno que eran.

Porque los hombres solo se aman con amor espiritual cuando han sufrido juntos un mismo dolor, cuando araron durante algún tiempo la tierra pedregosa uncidos al mismo yugo de un dolor común. Entonces se conocieron y se sintieron, y se consintieron en su común miseria, se compadecieron y se amaron .

Porque amar es compadecer, y si a los cuerpos les une el goce , úneles a las almas la pena”.

En el desierto incluso los ciegos sienten el sol en sus ojos. Es la mirada del otro la que nos permite ver lo que nuestra percepción no llega a reconocer. En ese espejo necesario del ser amado están la imágenes de un rompecabezas que solos nunca podremos llegar a elaborar.

La inocencia de una cápsula de soledad nos hace daño, nos destierra de un juego que es de a dos, donde lo gregario nos completa de a momentos, nos mantiene erguidos cómo ese alfil especial brillando entre tanto rey ausente.

Amar es abrirse a lo real, amar es crecer con la espada de un otro como un sabio desafío de reencuentro vivo.

LA AUTORA

<b>María del Pilar Carabús</b>
María del Pilar Carabús

MARÍA DEL PILAR CARABÚS. ABOGADA, ESCRITORA, COMUNICADORA, MBA “ESPECIALISTA EN DERECHO CONSTITUCIONAL Y DERECHOS HUMANOS” (MINORÍAS Y GRUPOS VULNERABLES) UNIVERSIDAD DE BOLONIA, ITALIA.

LA MIRADA SOBRE EL MUNDO

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