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1591 Cultura + Espectáculos DESDE CHILECITO

Miguel Dorado Braña: el poeta con Luz en la oscuridad

Nació en Asturias, pero su alma quedo cautivada por la belleza de las montañas Riojanas, perdió la vista y agudizo sus letras, para cantarle con poemas a todo aquello que acarició con su sensibilidad.
Sara González

Por Sara González

Como solo un poeta sabe contar su historia, así lo escribió Miguel...

ZAMBITA DEL INMIGRANTE

Un día llegue a La Rioja

No me pregunten por qué

Llegue de manos vacías

Vacío el corazón también

Y un canto de libertad

escondido entre mi piel.

Y entre a andar por sus caminos

Queriendo buscar la vida

Y la encontré entre sus gentes

Con sus penas y alegrías

Y su mano solidaria

Que siempre encontré tendida.

Rioja de luna y poetas

Noche de vino y guitarras

Casa de puertas abiertas

De pesebres y de chayas

Y de tantas cosas buenas

Que linda Rioja del alma.

Yo la anduve casi toda

Casi de casa por casa

Y la encontré hospitalaria,

Humilde, alegre y sana

Con su alma de poeta

Y el corazón de guitarra

No se llenaron mis manos,

Si se llenaron mis días,

Llene el corazón de amigos

Y una brava riojanita

Tras mis amores truncados

se hizo dueña de mis días.

Camina lentamente, extiende su mano y saluda con una calidez genuina. Miguel perdió la vista con sus escasas tres décadas, a causa de una fuerte meningitis. Comienza recordando cómo llego al país y desde Catamarca, finalmente se instaló en Chilecito. Recita los versos de sus coplas con emoción, cierra los ojos y parece revivir todo lo que la oscuridad le negó. Pero no se apagó su carisma, la gentil elocuencia con la que conversa, recuerda sus anécdotas, e impone un carácter de buen "Gallego".

Su mirada lánguida se extravió, sin embargo guarda un pasado de película. Llegó al país a bordo de un barco siendo empleado del mismo; encontró convicción en sus ideales luchando como anarquista y opositor a la política que regía en aquellos años.

Y así lo dejó plasmado en sus prosas...

Por Baradero y el Tigre

Por Rosario y por Campana

Por el río Paraná

Y hasta el Río de La Plata.

Tráfico de todo tipo

En todo tipo de naves,

Naves que esperan heridas

A los obreros navales.

Obreros de larga historia

En las luchas sindicales,

Que saben de dignidad

Al luchar por sus jornales.

(...)

Hacia el faro de su puerto

Navega su singladura

Lleva carga clandestina

Burlando la dictadura.

Más de 130 poemas describen sus memorias, sus andanzas, la lucha que enarboló como obrero naval, su amor a la Chaya, el encanto femenino que en sus años mozos dejó perfume en sus recuerdos y caricias en la piel. La ceguera que, siendo muy joven, marcó el destino para Miguel, no fue un obstáculo. Su obstinación le dio la entereza necesaria ante los embates de la vida, no perdió el sentido del humor y su capacidad creativa tuvo sostén en las imágenes que su retina almacenó.

Da cuenta de ello lo que podemos ver a través de estas coplas...

PANORAMAS DE CHILECITO

Chilecito en su paisaje

tiene montañas nevadas

y encienden su verde valle,

oro y plata en rayos de alba

que al crepúsculo se apagan

con horizontes en brasas.

Es de estrellas, luna y sol

el panorama en su cielo,

agua de las altas cumbres

riegan tierras de viñedos

que estampan sello de origen

al vino chileciteño.

Es Chilecito clima y verdor,

paz y trabajo, Chaya y amor.

Miguel tuvo muchas décadas de vida entre los barrios de Chilecito y el emblemático ritual de la Chaya que atravesó su alma, al igual que todos y cada uno de sus amigos, lo que generó en su vida la necesidad de volver cada febrero, como un compromiso ineludible en su vida.

Se propuso publicar su trabajo de particular belleza literaria, aunque se niega a ser reconocido como un poeta. Y publicó un libro que agrupa en tres partes temáticas su poesía y, a través de ella, la historia de su vida.

A modo de prólogo, Lucía Carmona describió con fina delicadeza su admiración hacia Miguel.

El poeta manifiesta: "He dicho lo que pensaba siempre, y dejé estas coplas por que solo fui hacedor de ellas. Expresé lo que llevaba adentro"

Voy a enalbahacar la luna

Y a enharinar las estrellas,

Perfumarlas con Romero,

Y saldré a chayar con ellas,

¡Se encenderá con mis coplas

toda La Rioja chayera!

Miguel Dorado volvió a su tierra natal, más no ha pasado un mes de febrero sin que llegue a su amado Chilecito y con la compañia de su hijo, sigue reviviendo su momento mas feliz en esta tierra riojana. Se encuentra con amigos, abraza vidalas, respira Chaya, ahoga su nostalgia con vino y perfuma su corazón con albahaca.

CHILECITO VUELVO A TI

Vuelvo a galope de Chayas,

y de vidalas Riojanas,

abrí cancha Chilecito,

que me pide rienda el alma,

con tu vino y mis amigos,

y hasta que las no ardan.

Cuando me llama el recuerdo,

me es fácil llegar así,

basta el tun-tun de una caja,

que golpee al ritmo de Chaya,

o de vidalas Riojanas,

para llegar hasta aquí.

No hay nada más profundo en el arte poético, que el torbellino de sensaciones capaz de producir. Miguel dejó jirones de su vida en los versos, tristezas, alegrías, plenitud, amor, incluso su oscuridad habló a través de su poesía.

Rioja que me diste amores,

Rioja que me diste un hijo,

quiero levantar mi copa

en un brindis con tu vino.

(..)

Cuando salí de tu tierra

saque un tesoro conmigo,

fue la sangre de mi sangre

que en La Rioja se hizo niño.

Si él es parte de esa tierra,

parte también de mi vida

quisiera poder decir

que La Rioja es algo mía.

Conmueve al alma Miguel, es un ser humano especial, poeta autodidacta, sin luz quedó, no sin antes hallar en la pluma una nueva manera de iluminar la vida. Amigo leal, hombre de trabajo, dueño de un pincel que pinta con letras los paisajes más bellos. Galán y simpático, sostiene con fuerza confiable el apretón de manos, sabe remarcar que no es poeta...

Más dejaré para deleite y criterio del lector la obra del autor.

Por el cauce de mi río

de lágrimas y congojas,

me van llegando en torrentes

los recuerdos de La Rioja

(...)

¡Achalay! Que tierra linda

la añoro porque la quiero,

soy padre de un hijo suyo

Y en ella me he quedao ciego.

Si, allí he dejado mi luz,

allá se quedo mi día,

pero le he robado su noche

y su luna ahora es mía

y chayo con sus estrellas

y beso a las tres Marías,

y la "Cruz del Sur" que es gaucha

me habrá de servir de guía."

Miguel Dorado Braña, español de nacimiento Chileciteño de alma y Chaya.

DESDE CHILECITO

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