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1591 Cultura + Espectáculos JAQUE MATE

Un método para la igualdad

El método Polgár, como lo llamaron desde un principio, fue implementado desde 1970, y sirvió para ampliar el espacio de las mujeres en el ajedrez y también, más allá de lo competitivo, para utilizarlo como medio de enseñanza.
Victoria López Risso

Por Victoria López Risso

El imaginario social de ajedrez está condicionado por prejuicios que a lo largo de la historia se fueron asentando y que hoy, son cuestionados e incluso desmontados. El ajedrez no es aburrido, es desafiante y como todo desafío requiere paciencia. Su espíritu está en las jugadas, en el ingenio de buscar el mejor movimiento teniendo en cuenta la posición propia y las posibles respuestas del oponente, sin dar por sentado nada. A pesar de nuestra seguridad, en el tablero hay incertidumbre y la adrenalina está en no saber qué va a pasar sabiendo lo que está pasando. Las piezas son visibles en las 64 casillas, todo queda expuesto en el campo de batalla, menos los pensamientos de quienes las mueven. Por lo tanto, conlleva mucho estudio de las variantes y combinaciones que pueden producirse durante las distintas fases de una partida, aunque no quiere decir que se necesite alguna formación para jugarlo.

Se suele pensar que es un juego para personas superdotadas o inteligentes, sin embargo, es un error. El ajedrez proporciona una variedad de estímulos cognitivos y socioemocionales; quienes lo juegan desarrollan el pensamiento crítico, mejoran la capacidad de controlar los impulsos, aprenden a ser tolerantes y reflexivos con los errores, reconocen las debilidades propias y ajenas, aprovechan las oportunidades, potencian la memoria, respetan las reglas y al adversario; y sobre todas las cosas, tienen una visión clara del panorama que enfrentan. Con esto, podemos afirmar que el ajedrez influye positivamente en la inteligencia de las personas.

Así lo pensó László Polgár, un reconocido profesor húngaro de esta disciplina, al criar a sus tres hijas inmersas en el mundo ajedrecístico y alejadas del modelo educativo tradicional para abordar dos hipótesis previamente planteadas: los genios no nacen sino que se hacen y las mujeres pueden jugar al ajedrez tanto o mejor que los hombres. A una temprana edad, las hermanas Polgár alcanzaron un prestigio internacional nunca antes visto, superaron rankings de jugadores con más trayectoria y se posicionaron entre las mejores jugadoras de la historia. El Método Polgár, como lo llamaron desde un principio, fue implementado desde 1970, sirvió para ampliar el espacio de las mujeres en este deporte y también, más allá de lo competitivo, para utilizarlo como medio de enseñanza.

El ajedrez durante muchas décadas fue más popular entre los hombres, por razones culturales y sociales. No obstante, hoy la mirada es otra. Estamos frente a un juego, a un deporte, a un hobby, como prefieran llamarlo, que promueve la igualdad. En el tablero, no hay diferencias de condiciones, las posibilidades son las mismas para todos. Por encima de ganar o perder, el regalo más lindo que puede darnos el ajedrez es aprender de él y aplicarlo a la vida, donde las enseñanzas se reflejan en lo cotidiano y perduran para siempre.

LA AUTORA. VICTORIA LÓPEZ RISSO nació el 14 de marzo del 2002 en San Salvador de Jujuy. Desde el 2020 vive en la ciudad de Chilecito, La Rioja, donde estudia Licenciatura en Comunicación Social con orientación en Periodismo. A los 12 años fue su primer acercamiento con el ajedrez; empezó a estudiarlo como tal y participó de torneos intercolegiales de la Provincia. Hace un año se dedica a dar clases particulares a niños y jóvenes para contagiar sus saberes y multiplicar el entusiasmo que encontró en este deporte. La misma pasión siente al escribir, y poder combinar sus dos amores para difundir el ajedrez, que es de las cosas que más disfruta.

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