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Tendencias SONRISA DE LA TIERRA

Sonrisa de la tierra: un proyecto que regenera los suelos de África

Habitantes de Kenia y Tanzania cavaron más de 200 mil pozos, que reverdecieron 300 mil hectáreas.

Apropósito de los incendios, la sequía que padecen la Argentina y Córdoba en particular junto al desmonte progresivo, resulta oportuno rescatar el trabajo de Just Digg It, una Organización No Gubernamental (ONG) que trabaja, entre otras cosas, para detener la erosión del suelo, multiplicar la cobertura vegetal y ayudar a reverdecer el planeta.

Así lo hicieron agricultores de Kenia y Tanzania, que ya cambiaron la cara a 300 mil hectáreas para devolver el verde a zonas desertificadas. A partir conceptos de la Ingeniería Ambiental, la técnica consiste en cavar agujeros en el suelo con forma de media luna o de sonrisa en dirección contraria a una pendiente. Cuando llueve, los pozos llamados “sonrisa de la tierra” capturan el agua.

Al detener el flujo del agua, se evita que arrastre los nutrientes de la superficie y erosione aún más el suelo. Al quedar el agua de lluvia detenida, el suelo puede absorberla y aumentar las reservas subterráneas que utilizan las plantas para su desarrollo.

Este aumento de la cantidad de agua en el suelo ayuda a que la vegetación autóctona se multiplique. Más vegetación significa más materia orgánica, y eso se traduce en que, con el paso del tiempo, el suelo es capaz de capturar cada vez más agua.

Los especialistas señalan que alrededor del 40% de la lluvia se genera por el llamado ciclo corto del agua. Proviene del vapor de agua que expulsan las plantas y los árboles a través de las hojas. Debido a eso, plantar árboles se considera una forma de garantizar la lluvia en un paisaje.

Detener la erosión del suelo y multiplicar la cobertura vegetal puede ayudar a reverdecer el planeta y a detener la desertificación. Esto favorece más lluvias y hace que el agua se quede en la tierra.

Además, sostienen que esta es una forma de mitigar los efectos de la agricultura intensiva, que atenta contra la estructura del suelo a partir del arado, el uso excesivo de fertilizantes y herbicidas.

Como contraparte, sostienen que la práctica de una agricultura regenerativa conserva la biodiversidad del suelo y su estructura. Un mayor porcentaje de materia orgánica hace que el suelo retenga hasta diez veces más agua que en un cultivo convencional.

Aún más, regenerar el suelo fértil captura el CO2 del aire y lo almacena bajo tierra. Esto convierte a la agricultura, que generalmente se asocia con emisiones y pérdida de biodiversidad, en una herramienta poderosa para combatir el calentamiento global y garantizar la producción de alimentos incluso en tiempos de caos climático.

ECOLOGÍA AMBIENTE

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