Ingredientes:
Para la base
1 taza de almendras o nueces
8 dátiles sin carozo (remojados 10 minutos en agua caliente)
1 cda de aceite de coco
1 pizca de sal marina
Para el relleno
300 g de ricotta descremada
200 g de yogurt natural sin azúcar (puede ser vegetal)
2 cdas de miel o stevia líquida
1 cdita de esencia de vainilla
Jugo y ralladura de ½ limón
2 cditas de gelatina sin sabor disueltas en ¼ taza de agua caliente
Para decorar
Frutas frescas de estación (frutillas, arándanos, kiwi o duraznos)
Coco rallado o chips de chocolate sin azúcar
Preparación
Preparar la base:
Paso 1: Procesá los dátiles con las almendras, la sal y el aceite de coco hasta obtener una masa grumosa.
Paso 2: Colocala en la base de un molde desmontable (20 cm aprox.), presioná bien y llevá a la heladera 30 minutos.
Hacer el relleno:
Paso 3: En un bowl, mezclá la ricotta, el yogur, la miel o stevia, la esencia de vainilla y el limón. Agregá la gelatina ya disuelta e integrá bien hasta que quede una mezcla homogénea.
Armar el cheesecake:
Paso 4: Verté el relleno sobre la base fría y alisá la superficie con una espátula. Llevá a la heladera por al menos 4 horas (ideal de un día para otro).
Decorar y servir:
Paso 5: Antes de servir, decorá con frutas frescas y un toque de coco o chips de chocolate.
TIP: Podés hacer mini cheesecakes en vasitos individuales: quedan divinos para un brunch o para regalar.
Este cheesecake sin horno y sin TACC es una demostración perfecta de que lo saludable también puede ser delicioso. Ideal para agasajar a mamá, disfrutar sin culpa y compartir un momento dulce en familia.
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