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La Muerte y sus asociados… fantasías de sometimiento

Desmitifiquemos fantasías culturales antes que el mundo se caiga de irrealidad sería el capítulo de alguna serie actual. Penden nuestros signos vitales de una narrativa tan absurda como Disney World.
Muerte, Dios, capitalismo, tecnología, palabras creadas para generar un sinfín de "significantes" plasmados en libros, teorías, dogmas, corrientes, universidades, congregaciones, bolsas de valores, corporaciones, ideologías, laboratorios, hospitales, gobiernos, familias, clanes, e incluso algún otro fenómeno cinematográfico de encierro diseñado como una megaproducción.
Vayamos a la literalidad para ser más gráficos: diez minutos es el tiempo que el cerebro vive después de la muerte, aunque el Dr. Paria nos dice que pueden pasar horas desde que el corazón deja de funcionar hasta que se produce la muerte definitiva de tipo cerebral. Es decir que hasta tenemos la fantasía de un corazón que deja de latir como fin de una existencia, pero no es así.
Más allá de los tecnicismos el negocio del miedo a la muerte es el que más rédito da y el que más daño visible propicia. El sin fin de sucesos de sometimiento tras una idea equívoca nos tiene atrapados hace siglos.
¿Por qué nos asusta lo natural...?
Pasemos al segundo personaje de nuestro creativo parque de diversiones: Dios…un caballero que tiene en sus manos todo el futuro de sus fieles, maravilla novelesca de un grado de ingenuidad extraordinario.
El gran punto de unión entre Dios y la muerte es la generación de un cuantioso negocio que mantiene en vilo a sus compradores hasta el final, un juego redituablemente perfecto.
Vayamos livianamente sin mucho análisis al capitalismo, ese sistema que divide al mundo en poderosos y esclavos, en pobres y ricos, en soberbios y resentidos, en frustrados y menos frustrados, en libres y presos, en perversos y luchadores. Segmentador de exitosos y expulsados, que en un principio parecía ser un canal de justicia social, hoy devorador de "insignificantes" ciudadanos entusiasmados por la ficticia posibilidad de acceder a una igualdad “muerta” de corazón que sigue viva en el cerebro.
Por último, la pieza de moda utilitaria denominada tecnología, una marca global cuyos inversores son quiénes manejan el capitalismo. Un cóctel irresistible para sus fundadores.
Quien escribe este cuento se aleja tanto de la realidad que finalmente aparecen las disidencias, Ford perdiendo 1.000 millones de dólares ante la cancelación de uno de sus prototipos eléctricos sin demanda del mercado, bancos enojados con cuantiosas pérdidas que terminan cancelando el crédito del caprichoso Musk por no conseguir inversores para los 13.000 millones de dólares de la compra de X.
China pretendiendo ser el gran poderoso con una burbuja financiera inmobiliaria que tiene vacías millones de viviendas en ciudades fantasmas, con una población que será vieja y dejará de ser mano de obra barata ante la ineptitud de un programa natal competente.
Así los jugadores mutan de envases, aparece India que por intereses creados pronto será el mayor comprador de materia prima del mundo desplazando a China.
Las fantasías se sustituyen y falla lo que se vende como recambio de agenda, porque es imposible crear tantas fantasías a la vez con el solo leitmotiv de direccionar el mundo a los cofres de unos pocos.
Gianni Vattimo uno de los máximos referentes filosóficos del momento, habla de la sociedad de la administración, de un pensamiento único, donde rigen imposiciones externas para la ciudadanía, que son medidas a través de la noción del mito fundacional de la seguridad, asociado con la fantasía de bienestar.
Se pierde la verdad como fundamento cuando se eligen las fantasías.
El mecanismo es usar la crítica a la verdad como legitimación de la violencia incorporada en las estructuras.
La conciencia es lo único que podemos promover para evitar el continuo arsenal de comunicaciones prescindibles que solo nos llevan a un territorio abstracto, ese irreal que terminará comiéndonos como “Saturno Devorando a un hijo” una de las obras de arte más bellas de las pinturas negras de Goya. Vaya paradoja fantasiosa.
LA AUTORA

MARÍA DEL PILAR CARABÚS

MARÍA DEL PILAR CARABÚS. ABOGADA, ESCRITORA, COMUNICADORA, MBA “ESPECIALISTA EN DERECHO CONSTITUCIONAL Y DERECHOS HUMANOS” (MINORÍAS Y GRUPOS VULNERABLES) UNIVERSIDAD DE BOLONIA, ITALIA.

Autor: 103895|
LA MIRADA SOBRE EL MUNDO MARIA DEL PILAR CARABUS OPINION REFLEXION

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