Saltar menú de navegación Teclas de acceso rápido
Opinión REFLEXIONES - SEGUNDA PARTE

El Dinero desde la mirada sistémica

El dinero es lo que es, un medio para el intercambio bienes y servicios, que nos permite acceder a algo, no es un fin en si mismo, es como un camino, una ruta que nos conduce hacia lugares determinados
Lic. Amanda Carrara*

Por Lic. Amanda Carrara*

Los invito a que se imaginen por un momento que entran a un recinto, donde se celebra un evento lujoso e importante, para el cual se han tomado un tiempo considerado de sus vidas para seleccionar las prendas a usar de manera prolija y acorde al evento y perciben que al entrar al lugar nadie se percata de su presencia, de que no son mirados, que las personas que están ahí los miran con desagrado, que al saludarlos se lavan las manos o que toman distancia de ustedes, que a pesar de hacer los mejores esfuerzos para agradar, nadie les da un lugar, y que tampoco les ofrecen donde sentarse, que conversan entre ellos y a ustedes no los hacen partícipes de ninguna de ellas, que algunos tropiezan con ustedes y ni siquiera le piden una disculpa, ¿Cómo se sentirían?, ¿habría alguna razón para permanecer en ese lugar?, ¿se animarían a acercarse a uno de ellos a compartir algo?. Exactamente lo mismo siente el dinero cuando lo tratan de sucio, vil metal, que no debería existir, cuando se le falta al respeto por estar todo desordenado en el bolsillo o la cartera sin discriminar el valor de uno con respecto a otro, cuando da lo mismo tenerlo o no, porque “el dinero no hace a la felicidad”.

Estos son todos paradigmas a cambiar, a reformular, porque cuando algo se quiere y se valora, se lo cuida, se agradece su presencia, se le da el lugar que le corresponde, no por el valor extrínseco que posea sino por el valor intrínseco que representa. Esto hace que se corresponda a un orden, porque el dinero aparte de corresponder al equilibrio del cual tanto se ha mencionado, sino que también tiene diferentes nominaciones valorativas, por lo tanto, posee una jerarquía que también merece ser mirada para dar a cada cual el lugar que le corresponda.

El dinero es lo que es, un medio para el intercambio bienes y servicios, que nos permite acceder a algo, no es un fin en si mismo, es como un camino, una ruta que nos conduce hacia lugares determinados, la ruta es la que tenemos que transitar para llegar al objetivo final, así también es el dinero, y lo podemos transitar con pesar, desgano, desagrado, culpa o con alegría, agradecimiento, felicidad, disfrutando de todo aquello que podemos adquirir complacidos por haberlo adquirido habiendo dado algo a cambio de una manera que la experimentamos como equitativa. La diferencia entre una y otra vivencia estará directamente relacionada a como el concepto del dinero nos ha sido inculcado en nuestra familia de origen, con todas las creencias y mitos relacionados a él que sin darnos cuenta nos condicionan desde nuestro inconsciente de como ver y percibir el dinero.

También es importante hacer un apartado especial respecto a las interpretaciones que se les da al dinero desde las diferentes culturas, muchas religiones han sido mal interpretadas cuando de dinero se trata, en la religión católica el dinero es un símbolo de traición, ya que Judas traicionó a su maestro por unas cuantas monedas de plata, que le generó tal culpa que termina suicidándose. También se habla de que es más fácil de que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico al reino de los cielos, y tampoco puedo dejar de lado la parábola de los talentos, en la que el mismo Jesús nos muestra la importancia de hacer algo con el dinero que lo haga crecer, que esté a nuestro servicio y no al revés, sin embargo de ésta parábola poco y nada se la tiene en cuenta, otra enseñanza relacionado a la riqueza y a la pobreza es la historia de Lázaro el mendigo al que se le negaba comer las sobras que caían de las mesas en los banquetes de los ricos, y así puedo continuar con muchos ejemplos más. Sin embargo, en otras religiones cristianas tienen un concepto diferente, el diezmo es una obligación de los feligreses lo cual es destinado a ayudar aquel que lo necesita para luego de reestablecerse financieramente devolver para que otro sea favorecido al igual que lo fuera él, y así se establece una cadena de favores robusta difícil de romper.

La avaricia también conlleva un costo, porque haciendo alusión al ejemplo del camino, de la ruta, ellos no se sienten habilitados a acceder a la felicidad, porque se quedaron en el camino, con un vehículo averiado al que no ven la necesidad de reparar porque el dinero se irá, y ellos necesitan verlo acumulado y estático, porque eso los gratifica, no importa el modo ni la manera en el que lo consigan, simplemente lo acumulan, no les sirve a ellos ni tampoco a los demás, porque es como un gran trasatlántico lujoso apostado en un muelle sin pasajeros, sin personal de servicio, sin ruta que transitar, sin un destino al cual llegar, solo sirve para gratificar a quien lo posee para contemplarlo diariamente como si de una deidad se tratase.

Muchas veces siento el comentario de otras personas haciendo alarde de que hay gente que la pasa mal, que no le alcanza para llegar a fin de mes, que no tienen dinero y tienen hambre, hablan pero no hacen nada al respecto, porque como en la historia de Lázaro el mendigo, no comparten esa comida que a ellos les sobra y permitir a aquellos necesitados de los cuales tanto hablan puedan acceder a ella, pero parece que prefieren condolecer repitiendo un pensamiento instalado socialmente para mostrarse preocupados por una situación por la cual no hacen nada mas que hablar. Quizás esas personas necesitan esa experiencia para poder abrirse camino y ponerse en movimiento, ofrecer algo a cambio de algo y no simplemente tomar, tomar y tomar convirtiéndose en depredadores sociales, donde el tomar, también implica un dar, y en este punto en particular se establece un gran desequilibrio porque de un lado da, da, da y del otro lado toma, toma, toma sin un espacio para la retribución, agradecimiento o movimiento compensatorio.

¿Y cuál sería entonces una relación sana con el dinero? Aquella en la que cada uno se sienta cómodo, gratificado, feliz, haciendo lo que sabe hacer para el bien a sí mismos y hacia los demás en un movimiento de crecimiento mutuo, sin sentirse condicionado por realidades que no le corresponde o le son demasiado grandes para resolver porque no le pertenecen, porque desde su función haciendo lo que le apasiona y recibe una retribución económica acorde ya está haciendo un gran trabajo un gran servicio a la comunidad, quien lo pueda ver lo agradecerá, quien no lo pueda ver habrá que respetar su destino, porque la ambición y el compromiso es el camino adecuado para concretar aquellos sueños que muchas veces de niños nos lo hemos propuesto y que de adultos solemos ser los primeros en entorpecerlos.

El dinero, la abundancia y el éxito están muy relacionados entre sí. La diferencia radica en preguntarse que quiero, para que lo quiero, y como lo voy a sostener en el tiempo y no sentirme esclavizado para así poder disfrutarlo con alegría.

*Mtra. en Psicología Sistémica

REFLEXIONES dinero OPINION PSICOLOGIA SISTEMICA
Seguí a Nueva Rioja en google news

Comentarios

Últimas noticias

Te puede interesar

Teclas de acceso