La caída en los mercados asiáticos fue leída con impostada indiferencia por el gobierno de Javier Milei, que asegura que se trata de un “movimiento corriente” que, de no volverse la regla, no tiene consecuencias directas en la economía argentina.
“Así es el Bear Market”, sintetizó un importante fuente por los pasillos de Balcarce 50, este lunes gris, lo que en español significa “mercado bajista”, y se da cuando las acciones pierden más del 20% de valor en bolsa respecto a su cota máxima más reciente.
Esta mañana, los mercados asiáticos y europeos registraron una masiva baja en todos los mercados y, de esta manera, analistas de internacionales advierten otra jornada negativa para los negocios.
El temor a una recesión a gran escala, motorizada por la guerra comercial que nació a raíz de que el presidente Donald Trump anunciara nuevos aranceles a sus principales socios, despertó la inmediata reacción de los inversores.
Sin embargo, desde la quinta de Olivos, el presidente Javier Milei utilizó sus redes para destacar que la crisis financiera global encuentra a la Argentina con “superávit fiscal” que le permite hacer frente a este momento.
“Decí que gracias al javo todo este quilombo mundial nos agarró con SUPERAVIT fiscal”, sostuvo un usuario que fue retuiteado por el jefe de Estado.
En el corazón de la administración libertaria siguen de cerca los movimientos del mercado, y aunque aseguran que estilan “bajar y volver a subir, prometen seguir de cerca el futuro de los mismos.
“Lo que puede suceder es que si los mercados se desploman, el costo de la deuda suba y cueste refinanciarla”, admitió una importante voz violeta con acceso al despacho presidencial, aunque descartó la posibilidad de que ocurra.
Sin importar los movimientos que registró el dólar paralelo durante los últimos días, el circulo rojo que rodea al presidente niega una corrida cambiaria, y mantiene fuertes expectativas en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) mientras el Banco Central registra una importante caída de reservas de casi US$ 3.000 millones.
En ese camino, trabajan a contrarreloj para poder concretar una reunión formal en la Casa Blanca a celebrarse en mayo junto al republicano Donald Trump, con quien el libertario tuvo un desencuentro el pasado jueves en Mar-A-Lago.
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