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Sociedad HISTORIA DE VIDA. A CINCO AÑOS DE SU HUNDIMIENTO

Eliana, la submarinista que estuvo en el ARA San Juan

Fue la primera oficial submarinista del país y de Sudámerica.

Este 15 de noviembre se cumplen cinco años del hundimiento del ARA San Juan y mientras familiares de los submarinistas esperan novedades en torno al por qué eran espiados ilegalmente, retoman fuerzas las historias de vida dentro del submarino. Una de ellas es la de la única mujer a bordo, cuyo familiares, al igual que de los otros, esperan una justicia que determine los culpables y sobre el espionaje al cual estuvieron sometidos.

Eliana María Krawczyk, la primera oficial submarinista del país y de Sudámerica, es una de las tripulantes del submarino “ARA San Juan” desaparecido a la altura de Puerto Madryn. La mujer, de 35 años, tiene el cargo de jefa de Armas.

“Hablé con ella el día previo al embarque, hace 15 días más o menos. Me comentó que llegaron a Tierra del Fuego y que la gobernadora subió al submarino y la felicitó porque una mujer es tripulante”, dijo a TN Eduardo Krawczyk, padre de Eliana. “Recemos juntos para que se solucione todo”, suplicó el hombre.

Eliana es de Oberá, Misiones. Hasta los 21 años nunca había salido de su provincia ni conocía el mar. Al terminar el secundario, se inscribió en la Universidad de Misiones para cursar Ingeniería Industrial. Todo parecía encaminado, pero dos tragedias le produjeron un quiebre: la muerte de uno de sus hermanos en un accidente de tránsito y la de su madre, a causa de un episodio cardíaco.

“Un día, por Internet, descubrí un aviso de la Armada convocando a jóvenes. Fui corriendo a Posadas y me inscribí. Dejé todo y viajé a la Escuela Naval Militar de Ensenada. Llevé una foto de mamá en la billetera”, recordó durante un viaje al fondo del mar que compartió con la revista Viva.

En 2009 se convirtió en oficial y tres años más tarde sorprendió a todos solicitando su ingreso a la Escuela de Submarinos y Buceo. Egresó en diciembre de 2012 y se convirtió en la primera oficial submarinista del país.

El caso

El submarino ARA San Juan se hundió el 15 de noviembre de 2017. Fue hallado un año después, con el casco “totalmente deformado, colapsado e implosionado”. Mientras se cumple el quinto aniversario de la tragedia continúan varias causas judiciales por el hecho ocurrido durante el gobierno de Mauricio Macri, entre ellas una por espionaje a las familias de las víctimas, que aún persisten en su demanda verdad y justicia.

El submarino ARA San Juan (S-42) se hundía hace cinco años, un 15 de noviembre de 2017, en las profundidades del Atlántico sur como consecuencia de una serie de desperfectos técnicos que desencadenaron una tragedia en la que murieron sus 44 tripulantes, cuya recuerdo es honrado por sus familiares en un reclamo de justicia que no cesa.

En la actualidad se siguen varias causas judiciales por este hecho ocurrido durante el Gobierno de Mauricio Macri, y además un Consejo de Guerra estableció sanciones disciplinarias para los mandos superiores de la Armada con responsabilidades en ese siniestro.

El sumergible fue construido a principios de la década de 1980 en el astillero alemán Thyssen Nordseewerke y contaba con 65 metros de eslora (el largo del buque), un diámetro de casco resistente de siete metros y era propulsado por cuatro motores diésel MTU 16 V de 6720 HP.

El San Juan tuvo una reparación de media vida que se extendió entre 2007 y 2014 en el complejo Tandanor, tarea que incluyó más de 600 trabajos, entre ellos el replacado de las 960 baterías y el reemplazo de sus cuatro motores.

En 2016, el entonces jefe de Gabinete Marcos Peña informó al Congreso que el submarino “estaba operativo” en la base de Mar del Plata.

El funcionario fue advertido por legisladores sobre la necesidad de llevar el submarino hacia “dique seco” para efectuarle reparaciones, pero no contestó sobre ese requerimiento.

Familiares de los tripulantes confiaron en varias oportunidades que los marinos les habían contado que el sumergible necesitaba una reparación para continuar navegando.

El 8 de noviembre de 2017, la nave había partido desde la base naval de Ushuaia en una misión de patrullaje por el litoral marítimo argentino, y se sabe que un día antes de su desaparición reportó un desperfecto eléctrico y un principio de incendio en su sala de máquinas, que resultó subsanado por la tripulación.

“Ingreso de agua de mar por sistema de ventilación al tanque de baterías N° 3 ocasionó cortocircuito y principio de incendio en el balcón de barra de baterías”, comunicó el comandante del ARA San Juan, el capitán de fragata Pedro Martínez Fernández, a la 7.30 del 15 de noviembre de 2017.

Ese fue el último contacto que tuvo el submarino con la base naval de Mar del Plata, cuando la nave se encontraba a 432 kilómetros de la costa patagónica, a la altura del Golfo San Jorge. Por la noche del día 16, los medios de comunicación informaron que las autoridades habían perdido contacto con el submarino.

Con las operaciones en marcha, el 23 de noviembre, el vocero de la Marina, capitán de fragata Enrique Balbi, informó a la prensa que la Marina de los Estados Unidos y la Organización del Tratado para la Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBTO), con sede en Viena, Austria, habían detectado “un evento anómalo, corto y consecuente con una explosión/implosión” en la zona por la cual navegaba el sumergible.

El 17 de noviembre de 2018, la Armada confirmó que el Seabed había detectado al submarino a más de 900 metros de profundidad y a 500 kilómetros de la costa patagónica, a la altura de la ciudad de Comodoro Rivadavia.

El hallazgo se produjo mediante el empleo de dispositivos submarinos y con un equipo de operación remota dotado de cámaras de alta definición.

Los restos del ARA San Juan estaban muy cerca de la posición donde el buque oceanográfico chileno “Cabo de Hornos” había indicado que podía encontrarse, una información aportada en diciembre de 2017.

HISTORIA DE VIDA ARA SAN JUAN

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