Saltar menú de navegación Teclas de acceso rápido
Sociedad DIÓCESIS DE LA RIOJA

Emotiva ceremonia de la ordenación sacerdotal

“Dios los ha llamado y los ‘ungirá’ para que con sus vidas den testimonio de Su inmenso amor”, les dijo Braida en la emotiva ceremonia, cargada de alegría.
Agrandar imagen Diego Olivera y Juan Manuel Gómez
Diego Olivera y Juan Manuel Gómez

En una ceremonia solemne pero llena de emotividad se ordenaron sacerdotes los diáconos Diego Olivera y Juan Manuel Gómez. Fue en misa celebrada por el obispo Dante Braida y se vivió con profunda alegría y emoción, con la presencia de familiares, amigos de las comunidades donde han servido y sirven actualmente, Chilecito. Muchos sacerdotes de la Diócesis de La Rioja , de San Juan y San Rafael, y formadores del Seminario de San Juan también estuvieron presentes.

En su homilía, Monseñor Dante les dirigió estas palabras les anunció que “Dios los ha llamado y hoy los ‘ungirá’ para que con sus vidas den testimonio del inmenso amor de Dios manifestado en Jesús, el Cristo, el Ungido del Padre. Solo unidos íntimamente a Él podrán llevar adelante esta misión.”

El Padre Pablo Delgado les dio una cálida bienvenida al Presbiterio y destacó en Diego el entusiasmo y novedad para anunciar a Jesús y en Juan Manuel su perseverancia.

Finalmente, los nuevos presbíteros expresaron unas palabras al Pueblo. Juan Manuel, con profunda emoción y gran convicción: “Jóvenes no tengan miedo de decirle SI al Señor, porque él cumple sus promesas, no sabemos ni cómo no cuando, pero él cumple sus promesas”. Agradeció a su familia, especialmente a su mamá, quien lo acompaña desde el cielo, a la Iglesia riojana y la Iglesia Catedral San Nicolás de Bari, donde recibió sus sacramentos y cultivó su fe. Agradeció especialmente al Padre Héctor Montiel, quien fue su acompañante espiritual y supo escucharlo y guiarlo en su discernimiento vocacional.

Diego Olivera agradeció en primer lugar a Dios por este llamado, a su familia, en especial a su madre, docentes, catequistas, amigos y su querida Acción Católica Argentina y a todos los que lo formaron en su crecimiento en la fe. Agradeció a sus compañeros de camino del seminario, a sus formadores y a los sacerdotes que lo acompañaron en su etapa de formación: Héctor Montiel, Mauricio Giménez, Roberto Murall y al Padre Dante, a quien le agradeció por su confianza y paternidad.

Homilía de Braida

“Estamos aquí, porque el Señor los ha llamado y los ha preparado para esta vocación y misión ministerial. Para que sean servidores en su Iglesia y en ella entreguen la vida. Y esto es motivo de alegría para ustedes, para sus familias, que también son elegidas, y es una alegría para todo el Pueblo de Dios.

Vivimos esta alegría en el marco de los 90 años de la diócesis, diócesis en la que Jesús los ha llamado para servir a su Pueblo, y en el mes de los mártires en el que celebramos lo que puede realizar el Señor en quien confía y se deja conducir por él. Los cuatro mártires han dejado una huella honda en esta diócesis que hoy con humildad estamos llamados a seguir. El lema que eligieron para la ordenación es: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción” Lc 4,18. Ustedes ya fueron ungidos por el bautismo y la confirmación, por ello el Espíritu Santo ya viene obrando en cada uno para que sean verdaderos cristianos. Ahora se suma otra unción en las manos para un servicio concreto: ser ministros, ser sacerdotes, ser pastores del pueblo de Dios unidos Jesucristo, el Buen Pastor resucitado”, dijo Braida en la homilía de ordenación sacerdotal.

“Queridos Diego y Juan Manuel, Dios los ha llamado y hoy los ‘ungirá’ para que con sus vidas den testimonio del inmenso amor de Dios manifestado en Jesús, el Cristo, el Ungido del Padre. Solo unidos íntimamente a Él podrán llevar adelante esta misión.

Por eso, búsquenlo constantemente, déjense encontrar por él cada día, déjense transformar por su presencia para que cada día Él crezca más en ustedes. Pidan para ello la gracia de la humildad. Muchas veces somos tentados a considerar esta unción como un poder como los del mundo, con el riesgo de creer que, por ella, somos más que otros. Si tenemos con esta Unción tenemos un poder, una autoridad es solo para servicio del pueblo, para el bien de un pueblo del que somos parte. Como bien lo decía la Carta a los hebreos: “Todo Sumo Sacerdote es tomado de entre los hombres y puesto para intervenir en favor de los hombres en todo aquello que se refiere al servicio de Dios… Él puede mostrarse indulgente con los que pecan… porque él mismo está sujeto a la debilidad humana.” Dios unge a personas humanas, frágiles, débiles. Verdaderamente llevamos un tesoro en vasijas de barro, como dice el apóstol Pablo quien, ante la insistencia para que Dios le quite las pruebas que le hacían experimentar la fragilidad humana, el Señor le dice: “te basta mi gracia”. Es lo que expresa el beato mons. Angelelli en su poema por los 25 años de sacerdocio: Veinticinco años vividos por esos caminos de Dios, / con mañanas de Pascua y tardes de dolor, con fidelidades de hijo y debilidades de pecador”, parafraseó.

“Este ministerio que hoy reciben lo tendrán que vivir en la Iglesia que en este tiempo quiere fortalecer su dimensión sinodal. Un ministerio que tendrá que ser todo un servicio al Pueblo de Dios para que en él cada uno encuentre su propia vocación y misión y la pueda vivir con fidelidad. Ustedes han recorrido un camino particular, con su propio tiempo, para discernir su vocación y formarse para esta unción de hoy. Del mismo modo como pastores acompañen al pueblo de Dios, especialmente a los adolescentes y jóvenes para que puedan discernir la propia vocación. Trabajen para que todos los bautizados descubran y vivan su propio lugar en la Iglesia y, a su vez, para que todos podamos vivir esa vocación en armonía con los demás”, enfatizó.

“De modo particular este ministerio tenemos que vivirlo en la fraternidad sacerdotal. Junto con la imposición de manos del Obispo, también lo harán cada uno de los presbíteros presente. Es un signo claro y elocuente que nuestro ministerio tiene una ‘radical forma comunitaria” (PDV 21) y que solo podemos ejercerlo en comunión con el cuerpo presbiteral. Esto tiene que ver caminar juntos como presbiterio, ayudarnos mutuamente y acompañarnos en nuestras necesidades. Rezar juntos, compartir la vida y también ayudarnos en el ejercicio del ministerio. Cómo nuevos sacerdotes los queremos acompañar de cerca y también necesitamos del aporte nuevo, joven y original de cada uno de ustedes”, acotó.

DIOCESIS BRAIDA IGLESIA DANTE BRAIDA
Seguí a Nueva Rioja en google news

Comentarios

Últimas noticias

Te puede interesar

Teclas de acceso