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Sociedad MISA ESPECIAL POR EL PAPA FRANCISCO

“Fue el Papa de la cercanía y la misericordia, de sinodalidad”

Junto al atrio se colocó una foto del extinto sumo pontífice. Luego de la ceremonia, la gente rezó por su descanso.

El obispo de La Rioja y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, monseñor Dante Braida, presidió la misa que se realizó en la Iglesia Catedral, por el fallecimiento del papa Francisco. “Si tenemos en cuenta las enseñanzas y ejemplos que nos dejas Francisco, sin duda que son muchos, pero podemos destacar algunos que, a mis parecer, se destacan: En primer lugar el gran impulso misionero que le dio a la Iglesia ya desde su primera exhortación.

Allí dice que “la alegría del evangelio es una alegría misionera”(n°21) y que todos en tenemos la misión de comunicarla. Quiero una Iglesia en salida, repitió tantas veces. Eso lo irradió también con su vida al ir al encuentro de los demás, en cada visita a distintos países y al recibir a todos en el Vaticano. En esa dinámica misionera buscaba llegar en especial llegar a los últimos, a los más pobres, a los descartados del mundo y nos alentó a seguir ese camino. Se preocupó de que sean atendidos los migrantes, que se asuma el desafío de acompañar a las víctimas de la trata, a los que tienen hambre. Muchas veces llamó la atención sobre el escándalo del hambre en un mundo donde se producen riquezas y alimentos suficientes para todos. Por ello a la dimensión misionera la unía íntimamente a la cercanía y misericordia como actitudes fundamentales para ir al encuentro de los demás”, aseveró.

“También se preocupó por el cuidado de la Casa Común, dejándonos una encíclica señera ‘Laudato Si’, escrita con el aporte de muchos científicos y conocedores del tema. Allí, Francisco nos ayuda a comprender que si hay una crisis ecológica es porque hay una crisis social y nos invita a apostar a otro estilo de vida que sea más austero y sobrio venciendo toda tentación al consumismo. A su vez pide que haya una mayor participación ciudadana a la hora de evaluar la conveniencia de cualquier proyecto que afecte el ambiente en que vivimos”, agregó.

#También nos ha dado claves claras y concretas para construir en cada lugar la fraternidad y amistad social en su encíclica ‘Fratelli Tutti’. Allí nos anima a participar de la vida social y ser protagonista de cambios profundos, asumiendo y resolviendo los conflictos que se presentan y promoviendo un indispensable diálogo entre las personas, los pueblos y las naciones en vistas a un desarrollo integral que favorezca la vida de todos los habitantes de cada nación. Para ello es indispensable vencer todo tipo de indiferencia para favorecer la participación social”, añadió.

“Por otra parte creo que la Sinodalidad en la Iglesia es la huella más profunda que nos deja Que la Iglesia, volviendo a sus orígenes e iluminada por el Concilio Vaticano II, pueda ser más participativa, donde todos sus miembros, todos los bautizados seamos corresponsables de su misión. Para ello nos ha convocado en Sínodo durante más de tres años y, finalmente, nos ha dejado en las conclusiones del Documento Final las orientaciones necesarias para este tiempo”, subrayó.

“Para este camino sinodal todas las vocaciones son importantes y tienen su lugar. Pastores, Vida Consagrada y Laicos tenemos que caminar juntos, articulando los propios dones y carismas al servicio de la misión. A los laicos de modo particular los invita a vivir la dimensión social de la fe para ser transformadores de la realidad mejorando el tejido social y contribuyendo a la justicia y la paz desde los distintos roles que cada uno tiene. También, como riojanos, agradecemos las visitas que hiciera a nuestra tierra, primero como provincial de los Jesuitas y luego ya como cardenal de Buenos Aires y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina”, destacó.

“Para Francisco, como para todo cristiano, la vida de oración es esencial, el alimento de la Eucaristía, el amor a María y a los santos. En la última visita ad limina tuve la oportunidad de preguntarle sobre cuándo y cómo él rezaba y me respondió que él se acostaba temprano y se levantaba temprano, como a las cinco de la mañana y allí tenía un largo tiempo de oración con la Palabra y en silencio, luego se dedicaba a las actividades propias de su misión según la agenda del día. Durante la jornada celebraba la Eucaristía diaria y la liturgia de las horas. En sus audiencias generales de los miércoles dedicó más de treinta catequesis sobre distintos modos de oración. También él confiaba su vida a la oración de su pueblo. ¡Cuántas veces nos decía: “Oren por mi”! Queridos hermanos y hermanas, también en este esencial aspecto Francisco nos deja un hermoso testimonio de oración para alentarnos en nuestra vida orante. Hoy al despedirlo y encomendarlo a las manos de nuestro Padre del cielo lo recordamos con cariño y valoramos su vida y sus enseñanzas. Creo que el mejor modo de honrarlo es profundizar en sus enseñanzas y animándonos a un seguimiento radical del Evangelio viviendo a pleno la misión que nos encomienda el Señor”, determinó.

Recordó que transitó la mayor parte de su vida como consagrado sacerdote en la Compañía de Jesús. Aquí recibió el llamado a ser obispo axuiliar de Buenos Aires y luego arzobispo cardenal de esa ciudad y le tocó animar la vida de la Iglesia en Argentina durante varios años hasta que el Señor lo llamó a ser pastor de toda la Iglesia. Al ir a Roma no dejó atrás sus raíces, sino que las mantuvo siempre vivas. Era consciente de que parte de la riqueza de su aporte a la Iglesia lo había recibido en su tierra natal y en Latinoamérica. Por eso damos gracias a la Providencia divina por haber elegido un hombre de nuestra tierra para ser Pastor sucesor de Pedro.

Anteriormente y en declaraciones a la prensa, Braida expresó su pesar y valoró el legado del pontífice argentino, a quien definió como un hombre cercano, sensible y profundamente comprometido con los más desposeídos. Monseñor Braida destacó el legado de Francisco al frente de la Iglesia, remarcando su constante llamado a construir una sociedad más fraterna, a cuidar la “casa común” y a promover una Iglesia más sinodal y participativa. “Nos deja muchas enseñanzas con sus palabras y con su vida, como para seguir sembrando esperanza en este mundo”, afirmó.

Consultado sobre el futuro de la Iglesia, Braida consideró que “Francisco dejó unas bases sólidas” y que la consolidación de su obra dependerá del camino que recorra el pueblo cristiano. “Una de las reformas más profundas fue el impulso a una Iglesia sinodal, donde cada uno tenga su lugar. Eso se va dando poco a poco y es un signo muy grande de esperanza”, expresó.

Destacó, además, que muchos de los cardenales que elegirán al nuevo pontífice fueron designados por Francisco, lo que genera expectativa de continuidad. “Es muy probable que su sucesor sea alguien de su misma escuela, con esa vocación de servicio y opción por los pobres”, señaló.

Finalmente, Braida remarcó que el pontificado de Francisco estuvo profundamente atravesado por el espíritu de la Pascua: “Él buscó que el acontecimiento de Cristo resucitado marcara la vida de este tiempo. Impulsó cambios concretos, escuchó al mundo, escuchó a Dios, y respondió con sensibilidad y acciones firmes en favor de los más pobres, los migrantes, las víctimas de trata y los que sufren”.

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