Por German Kammerath
Recientemente, por la publicación de un notable y atrapante libro “Las Señoritas- Historia de las maestras estadounidenses que Sarmiento trajo a la Argentina en el Siglo XIX”, de la escritora Laura Ramos, acerca de la epopeya de Sarmiento y su rol de transformador de Argentina, se puso en el tapete su compromiso con la educación popular, las bibliotecas populares, las escuelas normales y las escuelas rurales. Fue un “paquete tecnológico” que Sarmiento adoptó y puso en marcha para combatir el flagelo del analfabetismo y promover el progreso social. Todo ello fue fruto además de su visión adelantada; también, del análisis de los casos de éxito de la educación popular. Después de su viaje a Europa y la decepción sobre el escaso desarrollo educativo, ya como embajador de Argentina en EEUU pudo interactuar con Horace Mann, el gran reformador de la educación de Estados Unidos. Mann vivía en Boston y allí lo visito Sarmiento, para empezar a trazar lo que sería su proyecto educativo una vez elegido presidente.
La reforma educativa de Sarmiento fue el mayor logro de justicia social en Latinoamérica y ejemplo hasta para países europeos.
Sarmiento inició su tarea de maestro en una humilde escuela de San Luis, que aún se conserva, en San Francisco del Monte de Oro. Es impactante imaginar su recorrida desde allí al mundo, a la Presidencia de Argentina y a su disruptivo gobierno. Sarmiento, “el cerebro más poderoso que ha producido América”, al decir del presidente Pellegrini, incorporó para siempre un deber gubernamental de dar importancia a las bibliotecas y a las escuelas, en especial a las escuelas rurales.
Menem finaliza e inaugura la Biblioteca Nacional, después de 21 años en construcción
Una de las prioridades del presidente Menem fue terminar el edificio de la Biblioteca Nacional, que era un testimonio, hasta ese momento, de la escasa importancia que le daban los gobiernos a la misma. Llevaba levaba años de obra sin concluir. La Biblioteca Nacional, que era la continuadora de la Biblioteca que creó la Primera Junta, fue fundada el 7 de septiembre de 1810. Luego tuvo una impresionante sede en el centro de Buenos Aires donde, entre otros directores, se destacó el genial Jorge Luis Borges. En octubre de 1971 se puso la piedra fundamental del nuevo edificio, en Agüero entre Libertador y Las Heras, diseñado por el destacado arquitecto Clorindo Testa. Desde el inicio del proyecto del nuevo edificio de la Biblioteca Nacional hasta su inauguración con la finalización de la obra, pasaron más de 20 años y 14 presidentes, 7 militares y 7 democráticos. El impulso de Menem por la finalización del edificio permitió concluirlo, dando fin a una indigna demora, tratándose de un símbolo tan importante de la cultura nacional y custodia del patrimonio de libros, archivos, hemeroteca y otros valiosos bienes.
El esfuerzo del Presidente Menem por mejorar el “paquete tecnológico” de escuelas rurales y bibliotecas
Las escuelas rurales, como aquella en que Sarmiento inició su tarea docente, y las bibliotecas populares, también creadas bajo su mandato presidencial, cumplían un rol muy relevante de acceso al conocimiento. Las más de 11.000 escuelas rurales de Argentina y las 1.700 bibliotecas populares, las primeras ONG de la historia argentina, contaban con los mismos elementos de tecnología educativa que les dejó Sarmiento: aulas, bancos, pizarrones y, en el caso de las bibliotecas, libros, estantes, mesas y sillas.
El Programa Presidencial “argentina@internet.todos”
El Presidente Menem aprobó en 1997 el decreto 554, estableciendo como “de interés nacional” el acceso a Internet y a las tecnologías de la información a fin de que estén disponibles para los sectores sociales postergados y las áreas geográficas más alejadas. El equipo de la Secretaría de Comunicaciones a mi cargo, con el eficiente soporte de la entonces Comisión Nacional de Comunicaciones, trabajó en el diseño de esa iniciativa, enormemente innovadora en esos momentos. Entre otros proyectos, se dispuso la prioridad en el acceso a las comunicaciones y la tecnología de las escuelas rurales, de las bibliotecas y en especial de las maestras rurales, a fin de que recibieran los beneficios del progreso tecnológico.
Lo relevante del programa “argentina@internet.todos” es que gran parte de su financiamiento provenía de un mecanismo de “probation”: las multas que el estado nacional había impuesto a las empresas de telecomunicaciones por las diversas infracciones. Las empresas podían sustituir sus multas por aportar al estado nacional el financiamiento de este programa presidencial, y así sucedió.
Las Escuelas Rurales Conectadas con el Mundo
Al momento de la Presidencia de Menem, había 11.400 escuelas rurales en todo el territorio nacional, incluyendo la escuela de la Base Esperanza en la Antártida Argentina.
La iniciativa presidencial proveyó a todas las escuelas rurales, llave en mano, equipamiento para la trasmisión de TV satelital con programación direccionada a la educación y a la cultura general. Se instalaron 11.761 televisores color de 20 pulgadas, 11.761 decodificadores y la misma cantidad de antenas parabólicas y paquetes educativos satelitales que incluían programación como el Canal Clase, Animal Planet, Discovery Clannel, People+Arts, Discovery Kids, Film&Arts, TyC Sports, el canal Volver de películas tradicionales argentinas y todos los canales de TV abierta. Todo ello instalado y funcionando, convirtiéndose en ese momento Argentina en el único país del mundo con un programa de esa naturaleza, una herramienta de complementación de la tarea educativa en esas escuelas, muchas de ellas en zonas muy despobladas, en altura y alejadas de centros urbanos.
Adicionalmente, la iniciativa destinó a todas las escuelas rurales de la Argentina, para utilización de las maestras, teléfonos celulares especiales para uso rural con mayor cobertura de señal (un total de 8.040 terminales). A las escuelas que no tenían cobertura móvil se les entregó equipos de Orbcomm, la red satelital que ya operaba en Argentina, para acceder a datos y mensajes de texto, totalizando 2.258 escuelas que contaron con esa tecnología. Un apoyo enorme para la tarea de los docentes y las escuelas, y de los niños y jóvenes que asistían.
Debe agregarse que el paquete incluía un consumo muy importante gratuito para el uso escolar.
El Presidente Menem participó personalmente en la entrega de estos equipos a miles de maestras rurales, como sucedió en Catamarca, en Córdoba, apoyando con su presencia esta acción afirmativa en beneficio de las escuelas rurales y sus docentes.
Las Bibliotecas Populares en la Era de Internet: Sarmiento 2.0
En el caso de estas antiguas y valoradas instituciones, desde su creación por parte de Sarmiento al momento de la Presidencia de Menem, existían 1.745 bibliotecas a lo largo y ancho del territorio nacional. Este año 2021 se cumple el 151 aniversario de la creación de la CONABIP (Comisión Nacional de Bibliotecas Populares), que nació bajo el auspicio de la Ley 419 sancionada en 1870, bien denominada “Ley Sarmiento”.
El paquete tecnológico que recibieron las bibliotecas, también llave en mano, fueron PCs de última generación, impresoras, cámaras para video conferencias, material educativo en CD rom, además de software educativo y contenidos culturales (enciclopedias, etc.). También se les proveyó una línea telefónica gratuita que incluía el consumo de internet (a través del sistema 0-610). Recuérdese que estamos hablando de los años 1998-1999; esto era inédito. Mención especial merece la Biblioteca Popular Roberto Noble, en la Villa Angelelli de la ciudad de Córdoba, que fue la primera biblioteca con equipamiento informático en una villa de emergencia en la República Argentina. La apadrinó Nicholas Negroponte, gurú de la tecnología del MIT.
El programa dio inicio en un acto en la Residencia Presidencial de Olivos que tuvo lugar en junio de 1999, con la presencia del Presidente Menem y de quienes integrábamos un equipo entre la Secretaría de Comunicaciones, la Secretaría de Cultura y la Comisión de Bibliotecas Populares presidida por el Profesor Daniel Ríos, a quien el presidente había impuesto el deber de cuidar y proteger a las bibliotecas populares.
Al momento del inicio del Plan, solamente 700 bibliotecas tenían unas pocas y obsoletas PCs., únicamente 30 de ellas estaban conectadas a Internet y no más de 130 contaban con una dirección de correo electrónico.
Los Sueños de Sarmiento
Borges, en su poema sobre Sarmiento, decía “Sarmiento el soñador sigue soñándonos”. Estoy seguro que la obra del Presidente Menem para aportar a las escuelas rurales y a las bibliotecas populares un paquete tecnológico tan moderno, con escuelas conectadas a TV satelital, maestras con teléfonos móviles y acceso a datos, y bibliotecas con el equipamiento necesario para estar conectadas a Internet a la vanguardia de la tecnología, cumplió un deber de actualización para apoyar la epopeya educativa. Un merecido homenaje a las escuelas y bibliotecas que soñó Sarmiento.
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