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Opinión Voces. Escribe Gladys Seppi Fernández (*)

Educar para estos tiempos de incertidumbre

Hoy se hace necesario llevar a la discusión el tema de esos profundos y acelerados cambios que se han acumulado en los finales y comienzo de estos dos últimos siglos, a los que se ha sumado la sorpresiva pandemia del coronavirus.

Seguramente uno de los  temas urgentes a introducir en la educación de hoy sea el de prepararnos y preparar especialmente a los alumnos para estos tiempos de incertidumbre.

Ya Alvin Tofler, predijo  cerca de 1970, que, en el futuro de esa fecha, que es nuestro hoy,  año 2020, sufriríamos un verdadero schok de cambios que nos llevarían a un profundo estado de incertidumbre sobre  el destino de lo humano. Hoy se hace necesario llevar a la discusión el tema de esos profundos y acelerados cambios que se han acumulado en los finales y comienzo de estos dos últimos siglos, a los que se ha sumado la sorpresiva pandemia del coronavirus. Solamente reflexionando sobre ellos podremos enfrentarlos y adaptarnos a nuevas e inesperadas situaciones que, sobre todo a los mayores, pudieran superarnos.

Alvin Tofler, en su libro  "EL SHOCK DEL FUTURO",  publicado en  Barcelona por Plaza y Janes S.A. Editores, nos alerta, allá por 1970 sobre los  cambios que sobrevendrían como un verdadero shock que amenaza con dejar a multitudes en estado de parálisis.

En el decurso de la historia- según este autor-  plagada de guerras,  pandemias, miserias y logros humanos, nunca como hoy se hace sentir tan intensamente la necesidad de enfrentar con buena disposición la aceleración y transitoriedad de los avances  y la comprensión de las consecuencias que éstos producen en todas las áreas del comportamiento humano. Es urgente, entonces, que la información sobre el cómo somos afectados en todos los aspectos que nos caracterizan como especie, desde la salud física y psíquica hasta la  economía y vida política, llegue como temática a tratar, a los que se están formando, a los adolescentes y jóvenes en las escuelas y universidades. Hablar del tema en todos los ámbitos  y preparar a los jóvenes  se vuelve urgente.

Insistimos: la aceleración de los cambios  producidos en estas últimas décadas, va dejando tras de sí una consecuente sensación de transitoriedad e incertidumbre.

Entendemos que aceleración quiere decir sucesos que cambian las costumbres y que se van acumulando sin dar demasiado tiempo al acostumbramiento y  que, de esa manera, se nos imponen casi sorpresivamente. La tecnología es una prueba palpable de este fenómeno. 

Siglos atrás lo característico era la permanencia y se edificaba, construía, creaba  para que los productos de ese hacer trascendieran su tiempo, lo que nos permitía crear nuestra zona de confort y reposar en ella. Hoy  hasta las ideas  surgen y se extinguen rápidamente y las nuevas, las que llegan a ocupar su lugar, también correrán la misma suerte. Todo cambia, inusitadamente y el hombre moderno tiene que acomodarse a ello. Así, cambian las costumbres, la manera de relacionarse, las reglas del trabajo…y las perspectivas  a que esta situación nueva nos enfrenta, es la incertidumbre,  los quizás, a lo mejor.

Allison Carmen dice al respecto: "Los seres humanos tienen una asombrosa capacidad para olvidar que una de las pocas certezas con las que pueden contar a lo largo de la vida es que esta va cambiando. En cuanto las cosas dan un giro inesperado, tendemos a sentirnos abrumados por la incertidumbre. Pero cuando empezamos a aplicar la idea del quizás vemos que el ciclo del cambio es incesante. Cada resultado ofrece más posibilidades futuras".

El ser humano se aferra de forma natural al mundo conocido, a lo previsible. A medida que nos convertimos en adultos, solemos hacer las mismas cosas y esperamos resultados que nos son familiares. Esto nos produce una sensación de control que aporta calma, aunque ya haga tiempo que estemos aburridos con nuestra vida. Desconocer lo que sucederá equivale a salir de nuestro hogar para adentrarnos en un mundo incierto sin saber qué nos deparará.

Los efectos de la pandemia, que hoy recorre el mundo y tanto nos asusta con sus amenazas de muerte, están por verse. Predecirlos sería aventurarse en inútiles "puede ser". Sólo sabemos que el hombre, preparado para enfrentar  los efectos de la incertidumbre actual, podrá ver en perspectiva de futuro las oportunidades que los cambios nos ofrecen. 

(*) Escritora. Ejerció la docencia durante cuatro décadas. Se retiró de las aulas en 1995 y ya ha publicado 20 libros.

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