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Opinión

Psicopedagogía hoy: el arte de acompañar

Acompañan un estilo de vida activo y saludable atendiendo diversas problemáticas, que afectan la cognición y otras funciones.

El rol de los psicopedagogos cobra vital importancia para apoyar el aprendizaje de niños, niñas, adolescentes y adultos. Hoy es un pilar fundamental en el acompañamiento de sujetos en situación de aprendizaje. Estamos en una sociedad donde, cada vez más, se valora la capacidad de las personas para adaptarse al cambio y aprender a lo largo de toda la vida, y en esto la psicopedagogía se enfrenta a numerosos retos.

Entre estos desafíos, uno significativamente importante es comprender que la educación ha cruzado el umbral de la escuela, por lo que obliga a los profesionales a asumir un rol mucho más participativo en toda la sociedad, promoviendo cambios para vivir en sociedades más justas.

Si bien es muy importante la presencia de profesionales de la psicopedagogía en las instituciones escolares, y debería ser una figura casi imprescindible para garantizar una educación equitativa y de calidad, su rol se extiende también a otros ámbitos relacionados con el aprendizaje, tanto dentro como fuera del sistema educativo.

En este sentido, los psicopedagogos conforman equipos interdisciplinarios en ámbitos de la salud, en hospitales. En las empresas habilitan espacios de cambio organizacional, promoviendo en los trabajadores las competencias laborales para un trabajo colaborativo con la conducción. En centros de atención de adultos ayudan a mejorar la calidad de vida, acompañando un estilo de vida activo y saludable, atendiendo a problemáticas que afectan la cognición y funciones como la memoria y atención, entre otras.

Otros ámbitos de trabajo son las instituciones deportivas, especialmente en espacios para la inclusión de niños y jóvenes, favoreciendo la participación, el trabajo en equipo y el desarrollo personal. La psicopedadogía también opera en el acompañamiento a personas con problemáticas de adicciones, para que puedan desarrollar habilidades y estrategias que les permitan superarse en los aspectos cognitivos y emocionales.

Podría seguir enumerando muchísimos espacios de acción de los profesionales de la psicopedagogía, como la orientación vocacional, la estimulación temprana, y más, pero creo que lo significativo es reconocer y reconocernos en un camino de encuentro y aprendizaje, de presencias y logros.

En nuestra rica historia, el principal objetivo que nos planteamos como psicopedagogos/as ha sido promover el desarrollo integral de cada individuo, potenciando sus habilidades cognitivas, emocionales y sociales. En esto radica la capacidad de liderazgo, la actitud crítica y reflexiva, y fundamentalmente un compromiso con la ética. En palabras de Norma Filidoro, “una ética que privilegia lo singular de cada uno”.

Desde el surgimiento de la psicopedagogía, entre los años 1950 y 1960, hemos reformulado saberes y construido nuevos conocimientos. Se han realizado numerosas investigaciones desde la práctica específica, que han permitido ampliar nuestro campo de acción. Entendemos que la tarea se constituye desde la escucha, en el intercambio con niños, adolescentes, adultos; con estudiantes y con los adultos involucrados, docentes y familias. Nos implicó aprender con otros, para tejer juntos el entramado actual de la psicopedagogía.

Siguiendo a Filidoro, nuestra tarea en relación al aprendizaje se sostiene como “un proceso de construcción y apropiación del conocimiento, que se da por interacción con saberes previos de cada uno y en el contexto. Así el psicopedagogo intervendrá como mediador para facilitar el desarrollo cognitivo y afectivo de niños, adolescentes y adultos” (Norma Filidoro, “Psicopedagogía: Conceptos y Problemas. La especificidad de la intervención clínica”. Año 2002, Editorial Biblos).

Los profesionales psicopedagogos no debemos desconocer los cambios vertiginosos de una sociedad atravesada por el uso de la tecnología, las redes sociales, y las aplicaciones, que pueden mejorar -o no- las comunicaciones. Debemos ser capaces de contribuir atendiendo a las necesidades y potencialidades de cada individuo, así como a los desafíos y cambios que se presentan en el contexto social. Serán nuestros nuevos retos... investigar para consolidar lo ya logrado.

La autora es licenciada en Psicopedagogía (matrícula 232). Coordinadora de la Licenciatura en Psicopedagogía de la Facultad de Psicología de la Universidad Católica de Santa Fe.

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