Pasadas ya las urgencias de la pandemia de COVID-19, que implicaron cierta profundización de la seguridad laboral del personal de la salud y de los pacientes, sin embargo, son pocos los establecimientos de salud que mejoraron las medidas preventivas en materia de riesgos, para evitar los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales.
En la última reunión plenaria del Consejo Federal del Trabajo, con la presencia de ministros y ministras de las provincias y la ciudad de Buenos Aires, directivos de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo destacaron que se trabaja intensamente con el objetivo de crear la conciencia social necesaria para disminuir los riesgos y daños que puedan producirse en el ámbito laboral, propiciando una cultura de la prevención.
No obstante, a pesar de las buenas intenciones y las normas legales vigentes, los resultados del ausentismo laboral y la accidentabilidad en el sector asistencial de la salud demuestran que la siniestralidad sigue siendo elevada y no mejora.
De hecho, el último informe provisorio de casos notificados de accidentabilidad del sector de estadísticas de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo señala un incremento porcentual interanual del 5,5% en el sector de la salud humana.
Del total, se puede inferir que alrededor del 87,2% de los accidentes de trabajo ocurridos en ocasión del desempeño laboral dentro de los servicios de salud obedece a heridas corto-punzantes.
Esto indica la falta de medidas de prevención a riesgos de exposición en el trabajo en muchos de los establecimientos del sector salud, que no implementaron acciones capaces de disminuir la siniestralidad.
Si existen normativas legales y modalidades para implementar sistemas de gestión y control, con el propósito de identificar y minimizar riesgos laborales, para que el trabajo en servicios de salud se realice en ámbitos sanos y seguros, ¿qué es lo que falla?
Un diagnóstico de la situación en los servicios de salud estatales y de los pequeños y medianos establecimientos del subsector privado, a lo largo y ancho del país, señala que faltan implementar sistemas integrales de gestión para la seguridad y salud en el trabajo en forma sostenible.
¿Los motivos? La profunda crisis de costos, de financiamiento y de calidad que impactan fuertemente en los servicios clínicos de este sector. Los establecimientos de salud están más preocupados en sostener su actividad tal como está, que en hacerlo con una calidad superior.
Pero planificar, gestionar y controlar un sistema de gestión de la seguridad laboral para todos los que trabajan en los servicios de atención de la salud implica disponer de los recursos y de las actividades necesarias que les permitan lograr objetivos y superar sus incumplimientos.
Lamentablemente, esta disponibilidad no puede estar presente, cuando la prioridad es responder a los desafíos económicos cotidianos y subsistir en el corto plazo.
Para alcanzar metas de buena calidad y establecer un adecuado sistema de gestión de la seguridad laboral, se requiere formación educativa, a fin de obtener una actitud segura de trabajo y la provisión de recursos sostenibles con el fin de desempeñarse competentemente en condiciones seguras de trabajo.
Su logro trasciende las metas tradicionales que requiere el factor humano de una organización y exige responder desafíos superadores, que tienen incidencia no sólo en la mejora de un establecimiento, sino también en el desarrollo y la productividad de todo el país.
En estos duros tiempos de altos costos y bajos ingresos, es imprescindible que el prestador clínico de salud pueda contar con recursos económicos sostenibles, mediante el funcionamiento de la mesa de concertación de aranceles entre prestadores y financiadores de la Superintendencia de Servicios de Salud, para implementar un sistema de gestión de la seguridad laboral que sea eficiente, asequible y con un alto nivel de calidad.
No hay cuidado de la salud de la población, si no cuidamos los recursos humanos de los servicios de salud.
*Integrante del Área Técnica de la Cámara de Instituciones de Diagnóstico Médico (CADIME)
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