En aquellos bailes de juventud, quien picaba en punta tenía la posibilidad de sacar a bailar a la más linda. En el escenario político actual, Ricardo Quintela ha picado en punta de manera destacada, y hoy tendrá su recompensa, que se pondrá de manifiesto con la presencia en nuestra provincia de dirigentes y militantes del peronismo de todo el país. Llegarán gobernadores, intendentes que son jefes territoriales de distritos muy importantes, legisladores y exministros de los gobiernos peronistas anteriores.
Si se cumple la predicción, se podrá decir que desde la época de Carlos Menem, La Rioja no ocupaba de manera tan clara el centro de la escena política nacional. Y ello es doblemente meritorio dada la anomia vergonzante en que están sumidos la mayoría de los dirigentes de la menguada oposición.
La reforma constitucional que se presentará hoy en sociedad tuvo mucho que ver con las expectativas que generó su texto, pero también debe señalarse con claridad que Quintela fue el dirigente que enfrentó con mayor fuerza las políticas de ajuste de Javier Milei y resistió a pie firme los embates del gobierno nacional por acallarlo.
Es sabido que, en el marco de estrechez económica y ahogo financiero actual que lleva adelante el gobierno nacional, la provincia pudo sostener las políticas públicas de asistencia a los sectores más necesitados y, a su vez, apoyar en la medida de sus posibilidades a aquellos sectores medios vinculados a los servicios y a la producción primaria para que los despidos de trabajadores no tuvieran el efecto devastador que se manifiesta en otras provincias.
Esta centralidad que logró Quintela ya se puso de manifiesto en el acto que tuvo lugar en la Quinta de San Vicente con motivo del aniversario de la muerte del General Perón, donde Quintela fue el único orador ajeno a la provincia de Buenos Aires. Parado en el escenario junto a Axel Kicillof y Verónica Magario, Quintela dijo "me tiemblan las piernas" mientras observaba a la multitud que vitoreaba a Perón, y ante los oídos atentos de lo más granado del peronismo nacional que lo escuchaba desde la primera fila.
En los mentideros políticos de Buenos Aires, que los hay y muchos, flota la idea de que ya existe un principio de acuerdo para que Quintela presida el Partido Justicialista Nacional. De ocurrir así, será de estricta justicia, toda vez que el gobernador de nuestra provincia enarboló siempre un discurso valiente, en medio del silencio de los cementerios en que están sumidos la mayoría de los dirigentes del otrora vociferante movimiento peronista. Picar en punta tiene sus riesgos, pero así quedará grabado en la historia. Ese, y no otro, es el sentido de esta columna.
*Juan Boglione - Editor Propietario de Nueva Rioja
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