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Opinión Voces. Por Gladys Seppi Fernández*

Grandes maestros

"...Hay maestros que van a cada clase como el artista que sabe que lo espera la ejecución de su mejor obra. Entonces buscan en su paleta los mejores colores, dan pinceladas, ganan en seguridad y con ella en la mano y en el corazón inquietan la curios

Hay maestros que van al aula con la alegría con que se concurre a una gran fiesta. Allí, en el aula, se realizará su sueño de motivar, entusiasmar, despertar en el educando el deseo de aprender y de descubrirse como ser único, irreemplazable que tiene en sus manos la posibilidad, también única, de construirse a sí mismo. ¡Y vaya tarea!

Hay docentes que permiten y conducen para que sea el alumno mismo, el mismo, quien quiere descubrir la verdad del mundo y de las cosas del mundo. Y se maraville y respete las leyes que mantiene en armonía el cosmos.

Hay docentes que hacen de sus clases un jolgorio de manos levantadas, un coro de voces que desean participar, expresar la alegría de sus descubrimientos, el resplandor que van ganando sus ideas y la alegría única que les provoca ser artífices de su propia iluminación.

Hay maestros que saben quedarse en un rincón, espectantes, atendiendo las voces, alentando las palabras, estimulando los pasos que llevan adelante, siempre adelante a niños, adolescentes o jóvenes.

Hay maestros que van a cada clase como el artista que sabe que lo espera la ejecución de su mejor obra. Entonces buscan en su paleta los mejores colores, dan pinceladas, ganan en seguridad y con ella en la mano y en el corazón inquietan la curiosidad, y, como el artista en que se transformado, vibra, bulle su alma al unísono de cada alumno. 

Los siente a todos sus alumnos, y hasta advierte al que se ha quedado rezagado, lo espera e incorpora al grupo. 

Hay maestros que estimulan a todos con sus palabras llenas de luz, de fe en el poder de la humanidad. Están seguros, y confiados y transmiten la seguridad de que hay horizontes preñados de nuevas luces, y que a ellas se puede llegar con el conocimiento.

Hay docentes que saben que el protagonista es el alumno y lo dejan hacer, equivocarse, aprender a levantarse y fortificarse. Enseñan a preguntarse, a escucharse, a ver hacia adentro de uno mismo y así... Ser cada uno lo que es.

Docentes que educan en libertad.

Hay docentes que tienen una profunda fe en que la especie humana crece a cada momento, en cada aporte de cada individuo, que todos podemos sumar y ser más porque pertenecemos a una especie destinada a crecer, a transformarse, a alcanzar altos niveles de superación.

Docentes que tengan muy claro cuánto puede escalar la inteligencia humana, la bondad y la verdad que en cada uno, más o menos débil, más o menos fuerte alienta, es lo que necesita la educación argentina.

Docentes que quieran saber más, que se actualicen que estudien y sientan alegría, plenitud al hacerlo pueblan, deben poblar, las aulas argentinos.

Que seamos más, muchos más porque...

Hay docentes así, y créanme…demuestran que...¡SON LOS MÁS FELICES!

*Escritora. Ejerció la docencia durante cuatro décadas. Se retiró de las aulas en 1995 y ya ha publicado 20 libros.

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