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Sociedad Deceso

Murió Chichina Ferreyra, "la novia del Che Guevara"

María del Carmen Ferreyra, de 87 años, falleció ayer. La historiadora se casó con un médico pediatra y tuvo tres hijos. Ella confesó que le fascinaba el desparpajo del revolucionario.

"Chichina", como era conocida por sus seres queridos, se había casado con José Sánchez Bretón, un médico pediatra de esos que no cobraban a los pacientes que no podían pagar. Fruto de esa relación tuvieron tres hijos: Diego, Rodrigo y Santiago.

María del Carmen estudió para bióloga porque su abuelo, Martín Ferreyra, le dijo que el futuro pasaba por la biología y la investigación. Sin embargo, el día que se recibió le dio el título a su padre y le confesó que le apasionaba la historia.

A partir de allí se convirtió en una gran historiadora, sobre todo de la época colonial: era especialista en censos y se sabía de memoria las partidas del 1700 y 1800.

Ya mayor, era una mujer muy viva que conservaba unos ojos verdes inolvidables, esos que merecieron una carta de Ernesto "Che" Guevara por 1951: "Para unos ojos verdes, cuya paradójica luz me anuncia el peligro de adormecerme en ellos".

Sin dudas, estaba en marcha un romance que marcaría su vida. Ella dejó pasar el tiempo y aún de mayor evitaba hablar de él. Pero aquel romance se ganó un lugar en los libros de historia.

Hace 20 años confesó que le fascinaba de él su conducta obstinada y su carácter insolente, y que desparpajo para vestir les daba risa y un poco de vergüenza a las chicas de Nueva Córdoba.

También contó el día que lo conoció, y quizás el que también se enamoró: "Venía bajando de una escalera en la casa de una familia amiga y yo me quedé pasmada. ¿Amor a primera vista? Ahí nos pusimos a conversar toda la noche de libros y películas".

Pese a la fuerte conexión desde el primer momento, el joven recién le declaró su amor un año después. "Yo acepté nerviosa y eso convocó al inevitable primer beso", relató ella alguna vez.

El novio decidió irse de viaje en motocicleta por América del Sur. Pese a que estaba en Córdoba y tenía que ir a Chile, eso no impidió dar un desvío de 1.200 km para visitar a su novia que estaba de vacaciones en Miramar, en la costa bonaerense.

Esa fue la despedida, porque el amor no fue fructífero. Dicen que la familia de ella no veía en él un buen candidato. La realidad es que la vida y la distancia los separó. Lo que no quedan dudas es que ella conservó un buen recuerdo y conoció otro lado de Guevara.

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