Por María Eliana Roldán
¿Los psicopedagogos podemos acompañar procesos de inclusión educativa desde el rol de docente de apoyo?
Es una pregunta que suele escucharse seguido cuando pensamos en nuestras incumbencias profesionales.
Tenemos que tener en claro que donde se desarrolle un aprendizaje nuestra intervención es válida. Es el aprendizaje en sus múltiples configuraciones lo que resguarda la especificidad de la intervención psicopedagógica a la vez que habilita nuevas actuaciones profesionales, por ello, pensar nuestro rol dentro de las escuelas como docentes de apoyo a la inclusión es necesario y cada vez más común y cotidiano.
Ser psicopedagogos y desempeñarnos como docentes de apoyo a la inclusión hace que nuestra intervención y tarea sea “ser” ese apoyo que acompaña, que estimula, que posibilita, que motiva, que mira más allá de las dificultades. Sostenemos procesos educativos creando las condiciones necesarias para que el aprendizaje sea posible y no solo nos circunscribirnos únicamente al rol del docente que enseña.
Creemos en las múltiples formas de aprender, creemos en las posibilidades de aprendizajes y creemos que cada niño o niña aprende con sus tiempos, ritmos y estilos. Conocemos los factores internos y externos que se ponen en juego al momento de aprender los contenidos curriculares que exigen las instituciones educativas.
Acompañamos los múltiples desafíos en los procesos de inclusión de cada estudiante con una mirada cálida, empática, respetuosa y responsable. Brindamos herramientas, estrategias y formas de trabajo que permitan y hagan posible el aprender. Nos posicionamos desde un paradigma de la complejidad, aceptando la heterogeneidad presente en cada aula, asumiendo que la enseñanza debe ser acompañada y fortalecida en aquellos casos donde se incluyen estudiantes con dificultades.
Llevamos a acabo un trabajo coordinado con todos los miembros responsables de la continuidad de las trayectorias educativas de estudiantes bajo procesos de inclusión. Trabajamos conjuntamente con los docentes disciplinares, llamados docentes integradores, planificando estrategias de enseñanza y diseñando recursos y apoyos para garantizar la accesibilidad y participación de cada estudiante en su proceso de aprendizaje. Proponemos ajustes a las actividades cuando el nivel del contenido resulta demasiado abstracto y complejo para el nivel curricular en el que se encuentra un estudiante. Sugerimos formas de trabajo alternativas para la apropiación de los contenidos. Detectamos las barreras y dificultades presentes en el entorno que impiden la plena participación de los estudiantes, analizamos sus necesidades educativas y presentamos propuestas para disminuirlas.
Acompañamos a las familias brindando sugerencias de trabajo para el hogar ya que son los pilares fundamentales de contención, de acompañamiento y de sostén. Consideramos que el trabajo colaborativo es de la única forma en la que pueden llevarse a delante los procesos de inclusión y destacamos la importancia de incluir-nos todos para que esto suceda.
Como profesionales estamos habilitados para desarrollar este trabajo, el cual nos exige seguir capacitándonos. Apostamos al trabajo en conjunto para que los aprendizajes tengan sentido, para que se disfruten y, por sobre todas las cosas, que todos tengan las mismas oportunidades para aprender.
LA AUTORA
Licenciada en Psicopedagogía M.P 272
Lugar de trabajo: Clínica psicopedagógica en Centros terapéuticos privados
Centro Interdisciplinario Aprendiendo y Centro Integral Luz
Acompañamiento de procesos de inclusión escolar en nivel primario y secundario.
Actualmente en Colegio Provincial N° 2 “Héroes de Malvinas”
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