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1591 Cultura + Espectáculos Espacio del Colegio Profesional de Psicopedagogos

El desafío de lo escolar

La escuela desde su constitución hasta su masificación sostuvo y sostiene una forma particular de vivir la infancia que se difundió como un modelo a seguir. 
Por Analía Fabiana Olivera

La infancia es una etapa de construcción social que cobra significación particular en la escuela. Nosotros como adultos y desde nuestro rol estamos ante el desafío de considerar a los niños/as desde la diversidad de sus niveles de aprendizaje y como sujetos de derecho, lo cual nos lleva a preguntarnos acerca de cómo acompañar sus trayectorias escolares.

La escuela desde su constitución hasta su masificación sostuvo y sostiene una forma particular de vivir la infancia que se difundió como un modelo a seguir.

Surge asi, un nuevo estatuto de la infancia, y vinculado a él, una serie de discursos médicos, jurídicos y pedagógicos “acotaron la infancia como sujeto y objeto escolar y la inscribieron en la lógica de la familia patriarcal y de la burocracia escolar.

Actualmente nos presentamos ante la consideración de los niños en tanto actores sociales, con capacidad para crear y modificar una cultura, así como también de reproducir y transformar valores de la sociedad adulta. Se admite, por tanto, que los niños negocian, comparten y crean culturas con los adultos y sus pares, por lo cual son los adultos los que deben redefinir su rol ante la infancia actual.

Afirman Ana Cristiana Delgado y Fernanda Müller: “si los niños interactúan en el mundo adulto porque negocian, comparten y crean culturas, necesitamos pensar en metodologías que realmente tengan como foco sus voces, miradas, experiencias y puntos de vista”.

Como Psicopedagogos ¿cuál es nuestro rol a la luz de las nuevas infancias?, ¿cómo posicionarnos ante la institución educativa en relación al aprendizaje?.

La situación actual es compleja: el saber didáctico acumulado responde a la norma graduada de la escolarización. (Lahire, 2006; Terigi, 2006)

Además ,en contraposición con los modos de entender la educabilidad según los cuales ésta estaría caracterizada por un conjunto de condiciones que deberían reunir los sujetos para poder aprovechar la experiencia educativa, la misma es,(más que nunca) relativa a las condiciones en que tiene lugar la escolarización. Por lo cual las posibilidades de los niños/as de ser educados dependen cada vez menos de capacidades que portan los sujetos, de sus posibilidades individuales de aprender, y más de las particularidades de la situación educativa, de las condiciones pedagógicas en que tiene lugar la escolarización.

Es así que no podemos abordar el aprendizaje desconociendo el contexto escolar en donde éste se inscribe y se significa.

Sin dejar de reconocer que los abordajes psicopedagógicos en las instituciones responden a cada situación en particular, nuestro desafío como profesionales es articular lo común y lo singular, tal como sostiene Meirieu. Lo común estaría dado por la escolaridad que se comparte , por la globalización de miradas donde el que no aprende o le cuesta aprender se diferencia. Lo singular estaría en lo que cada uno de nosotros tiene de valioso, lo diverso que se expresa en nuestra forma de ser, de sentir y sobre todo de aprender.

En el espacio donde lo común y lo singular se encuentran debemos intervenir en una verdadera construcción tanto material como simbólica, creando algo común y acompañando a cada niño/a en su singularidad .

Es desde esta dialéctica entre el colectivo y el individuo en que nos posicionamos como profesionales que acompañan a las infancias y nos convertimos en constructores de más y mejores aprendizajes.

LA AUTORA. MP 122. Lic. En Psicopedagogía. Prof. en Docencia Superior. Espec. en Currículum y Prácticas Escolares. Docente ISFD Albino S. Barros – ISFD Ricardo Viñas- ISFD Tobar García

PSICOPEDAGOGIA

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