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1591 Cultura + Espectáculos ESPACIO DEL COLEGIO DE PROFESIONALES DE LA PSICOPEDAGOGÍA DE LA RIOJA

El rol del psicopedagogo en los procesos de inclusión escolar

Roxana Martínez

Por Roxana Martínez

En principio queremos compartir una concepción de inclusión como un proceso dinámico, sistémico que busca potenciar y mejorar la capacidad de las instituciones escolares para atender a la diversidad de sus estudiantes. Esta perspectiva se aparta de enfoques que se centran en la idea de que es un conjunto de medidas de adaptación o compensación de las "diferencias", entendidas estas como "déficits" en el aprendizaje. En lugar de ello, la inclusión promueve la comprensión de que cada estudiante posee un conjunto único de habilidades y potencialidades de aprendizaje que pueden desarrollarse con determinadas condiciones institucionales y de enseñanza. El foco de intervención estará puesto en las trayectorias escolares desde una mirada institucional y como una cuestión que las escuelas habilitan con las ayudas o apoyos que cada estudiante puede requerir (Aizencang y otros, 2015). Estos apoyos se ofrecen en el marco de propuestas pedagógicas que contemplan diferentes alternativas de acceso a los conocimientos y que buscan generar oportunidades reales de aprendizaje para el desarrollo de los/as estudiantes y las instituciones.

En nuestra provincia tenemos normas específicas vinculadas a la inclusión de estudiantes con discapacidad pero también otras normativas que habilitan decisiones y promueven prácticas de inclusión que contemplan alternativas para responder a la diversidad de trayectorias apelando a medidas integrales como el diseño de itinerarios o recorridos singulares en el marco de propuestas organizadas curricularmente.

Ley de Educación Provincial N° 8678/09 que establece en su art. 7 la integración de los alumnos/as con discapacidades en todos los niveles y modalidades según las posibilidades de cada persona con los apoyos que se requieran para su formación integral, continua y permanente.

Res. 1140/13 que aprueba como Anexos el documento correspondiente a, “La Inclusión de Alumnos y Alumnas con N.E.E. derivados de la discapacidad con Proyectos de Integración Individual” y el documento correspondiente a, “Evaluación, acreditación, promoción, y certificación de los alumnos y alumnas con N.E.E. derivados de la discapacidad integrados en instituciones educativas pertenecientes a los niveles obligatorios”

Res. 2131/15 sobre Trayectorias discontinuas de estudiantes en el nivel primario.

Res. 889/23 Pautas para la organización institucional, administrativa y pedagógica de los procesos de calificación, acreditación de saberes y promoción de los/as estudiantes.

Res 0057/24 que aprueba el Plan Rosario Vera Peñaloza que ratifica a la inclusión como política central y la profundización de medidas de acompañamiento a las trayectorias escolares como estrategias para responder a las consecuencias que la pandemia ha tenido en los aprendizajes.

El Rol del Psicopedagogo en la Inclusión Educativa

El psicopedagogo cumple un papel fundamental en la construcción de entornos educativos más inclusivos y adaptados a las necesidades de los niños, sus familias y los docentes. Esta responsabilidad se desarrolla a través de la planificación y la implementación de configuraciones de apoyo basadas en las evidencias que ofrecen diagnósticos y evaluaciones interdisciplinares . Estas acciones buscan identificar y superar las barreras que afectan el aprendizaje y la participación de los estudiantes, potenciando los apoyos naturales que existen en las instituciones e identificando las necesidades que requerirán medidas específicas de acompañamiento permitiendo así una educación que reconozca la diversidad presente en el aula.

Un aspecto destacado de la labor del psicopedagogo es su capacidad para articular los ámbitos terapéuticos y escolares, que a menudo operan bajo lógicas disyuntivas. Mediante la creación de propuestas de acompañamiento, el psicopedagogo facilita la conexión entre las condiciones específicas de cada estudiante y las exigencias del sistema educativo, considerando siempre su trayectoria escolar. Esto implica que las configuraciones de apoyo deben adaptarse a diferentes niveles y destinatarios dentro del entorno educativo.

En relación a los niveles de intervención, es posibles desarrollar acciones que pueden ir desde “prácticas universales” destinadas modificar las culturas y las políticas institucionales, pasando por “acciones focalizadas” dirigidas a atender situaciones problemáticas que afectan las trayectorias de determinados grupos escolares, hasta llegar a “acciones personalizadas” centradas en las necesidades específicas de sujetos singulares.

Desde esta manera, el acompañamiento puede abarcar el asesoramiento y la orientación a directores, lo que promueve cambios institucionales, hasta el apoyo a los docentes en el aula, a los/as maestros/as de apoyo, a los niños/as y a sus familias. Cada uno de estos niveles es crucial para fomentar una cultura escolar que valore la inclusión y el respeto por la diversidad.

En este contexto, la tarea del psicopedagogo se centra en tres dimensiones clave de la inclusión: la presencia, la participación y el aprendizaje. La presencia no se limita a garantizar la presencia física, sino que abarca el trabajo en torno al reconocimiento y la hospitalidad a través de la construcción del sentido de corresponsabilidad entre los actores en relación a garantizar las igualdades fundamentales. La participación, implica posibilitar una interacción activa con el proceso de aprendizaje, fomentando vínculos que promuevan un sentido de pertenencia y convivencia, lo que supone trabajar en torno al clima socio emocional generando configuraciones vinculares que fortalezcan las redes de apoyo.

Finalmente, el aprendizaje que requiere el diseño de medidas que faciliten el acceso al currículo, lo que incluye ajustes razonables y enfoques pedagógicos diversificados. En este punto, el desafío está en articular el saber especializado sobre medidas de accesibilidad con las prácticas y enfoques didácticos de acceso a los objetos de conocimientos propiamente escolares (Cóbeñas y Orlando, 2022).

En conclusión, el rol del psicopedagogo es esencial para lograr una educación inclusiva, siendo un mediador que construye puentes para la atención a las necesidades específicas de aprendizajes de los/as estudiantes pero también de docentes, directivos y familias. A través de su trabajo, se contribuye a un entorno donde la diversidad no solo es aceptada, sino valorada en tanto enriquece la experiencia educativa de todos los involucrados.

LA AUTORA

Roxana Martínez. Licenciada en Psicopedagogía (UNLaR). Docente universitaria. Integrante del Equipo Técnico de la Subsecretaria de Educación Municipal. Ex Asistente técnico pedagógico de la Dirección Provincial de Evaluación.

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